viernes, 25 de febrero de 2011

SINDICALISTAS DE TÚNEZ: "LA BESTIA AÚN RESPIRA"


POR CINDY JAQUITH ( publicado en THE MILITANT) “La revolución no ha terminado”, dijo Abdelaziz Bouazi, miembro del sindicato de maestros en la ciudad tunecina de Kasserine al periódico Guardian de Londres. “Le cortamos la cabeza al régimen pero la bestia aún respira. Por ahora las protestas continuarán”. Un mes después de la destitución del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali, los trabajadores y campesinos se están organizando para ganar libertades más amplias, erradicar los restos del régimen antiguo y obtener asistencia para el alto desempleo, los precios elevados y la continua brutalidad policíaca.

Kasserine, ubicada cerca de la frontera con Argelia, tiene la tasa de desempleo más alta del país y tuvo el mayor número de muertos entre los manifestantes durante las protestas que forzaron a Ben Ali del país.

Sindicalistas y otros en esta ciudad han formado comités de defensa para patrullar los barrios desde que se fue el dictador.

El 31 de enero, pandillas de matones entraron en Kasserine y atacaron la estación de policía y otros edificios. El ejército los observó sin detenerlos. Los residentes se organizaron para defender los edificios y capturar a algunos de los pandilleros. Dirigentes locales de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) dijeron al Guardian que los pandilleros estaban bajo el pago del partido de Ben Ali, ahora proscrito, con el propósito de aterrorizar a la población y crear la apariencia de que el colapso del régimen ha resultado en caos.

En Gafsa, el centro de la zona minera de fosfato, trabajadores que están exigiendo empleos continuaban bloqueando las carreteras el 5 de febrero. Los trabajadores ahí lograron sacar al recién designado gobernador por sus lazos con el antiguo régimen. Los trabajadores de Gafsa han tenido resentimiento por mucho tiempo contra la práctica del régimen de repartir los trabajos mineros a personas favorecidas por Ben Ali.

Fue en ciudades fuera de la capital donde empezó el impulso dentro del movimiento laboral organizado para unirse a la lucha para derrocar a Ben Ali. La cúpula del UGTT, que cuenta con 500 mil miembros, se había aliado anteriormente a la dictadura.

Según un artículo en le Monde Diplomatique, sindicalistas militantes en Gafsa hicieron un llamado a la UGTT a que participara en las luchas contra el gobierno, pero el 10 de enero los dirigentes nacionales votaron en contra. Demandas llegaron de las ciudades de Sfax, Tozeur y Sousse, donde los trabajadores querían declarar una huelga general. Finalmente la federación nacional autorizó las huelgas.

El secretario general de la UGTT Abed Briki continua argumentando que se debe prestar apoyo al gobierno provisional. Pero bajo presión de las filas del pueblo trabajador, el 17 de enero cuatro ministros que son miembros de la federación sindical se retiraron del gobierno provisional.

Continúan apareciendo informes sobre esfuerzos para organizarse en centros de trabajo tanto grandes como pequeños. El diario tunecino Le Quotidien informó que las asistentes de enfermería y los trabajadores de limpieza salieron en huelga contra la clínica Manar, por despidos injustos y la falta de pago por horas extras. Una huelga contra Tunisair el 12 de febrero forzó la cancelación de varios vuelos a Europa.

Las libertades ya conquistadas han abierto las posibilidades para que los trabajadores y campesinos lean y discutan de una manera que no fue posible en décadas. En un reportaje desde Tunéz, el Wall Street Journal informó, “grupos de personas se juntan frente a las vitrinas de librerías para ver libros que son críticos del régimen y que previamente fueron prohibidos, comediantes se burlan de los altos oficiales, y los directores de periódicos gozan de libertades que casi no tienen precedente en el mundo árabe”.

EGIPTO:HUELGA EN LA MAYOR FABRICA DEL PAIS A PESAR DE LAS AMENAZAS







15.000 obreros de la Compañía Hilos y Tejidos desafían a la junta militar

Los trabajadores de la fábrica más grande de Egipto se mantendrán en huelga, según declaró el sábado un sindicato independiente, desafiando las advertencias de la junta militar de que no tolerará más protestas. Alrededor de 15.000 trabajadores de la Compañía Hilos y Tejidos de Egipto —que emplea a 24.000 personas en la ciudad Al-Mahalla al-Kubra, en el delta del Nilo— están llevando a cabo una concentración por cuarto día consecutivo frente al edificio de la administración”, informa el Centro de Sindicatos y Servicios de los Trabajadores (CSST) en un comunicado. “Los trabajadores se han negado a poner fin a su protesta hasta que se vea satisfecha su demanda principal que consiste en la destitución del presidente de la empresa Fuad Abdel Alim”, acusado de corrupción.
Faisal Nausha, uno de los organizadores de la huelga, indicó a la AFP que el personal de la empresa pública textil Misr Spinning and Weaving (Hilos y Tejidos) pide también la salida de dos directores de la fábrica.
Los obreros habían suspendido su huelga hace tres días, pero Nausha señaló entonces a la prensa que seguirían presionando para obtener mayores salarios.
El año pasado una sentencia judicial elevó el salario mínimo de 400 libras egipcias (68 dólares) a 1.200 (204 dólares), pero los trabajadores no recibieron lo que se les debía, dijo.
El viernes, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que tomó el poder tras la renuncia del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero, declaró que las huelgas dañan la seguridad nacional y no serán toleradas, tras dos advertencias más suaves emitidas previamente.
Algunos grupos “organizan protestas que obstaculizan la producción y crean condiciones económicas críticas que pueden conducir a un empeoramiento de la economía del país”, afirmó el Consejo Militar en un comunicado. “El mantenimiento de la inestabilidad y sus consecuencias provocarán perjuicios a la seguridad nacional”, añadía. “El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas no permitirá la continuación de tales actos ilegales que constituyen un peligro para la nación y se enfrentará a ellos tomando medidas legales para proteger la seguridad de la nación”.
Los aproximadamente 24.000 empleados de la Compañía Hilos y Tejidos de Egipto se manifestaron el 10 de febrero en apoyo de las manifestaciones contra Mubarak, expulsado al día siguiente tras más de dos semanas de protestas masivas en todo Egipto. La Compañía Hilos y Tejidos de Egipto es la fábrica más grande de la industria textil egipcia que emplea al 48% por ciento del total de la fuerza laboral del país, según el CSST).
Fuentes: AFP y Correspondencia de Prensa

CONVERSACION CON UN SOCIALISTA EGIPCIO




Los miembros de los Socialistas Revolucionarios de Egipto han sufrido, durante años, la represión por parte de un estado policial mientras intentaban organizarse para luchar por la democracia y los derechos laborales. Gracias a estos esfuerzos valientes, fueron capaces de jugar un papel crítico en la organización de las primeras manifestaciones del 25 de enero, las que impulsaron la revuelta –finalmente vencedora– contra el dictador Hosni Mubarak. Su posición clave se mantuvo a medida que el movimiento crecía.

Sameh Naguib es un miembro líder de los Socialistas Revolucionarios, y ha hablado con Mostafa Omar en El Cairo sobre la dinámica de la revolución egipcia y sobre lo que puede suceder a partir de ahora.

Estos son tiempos increíbles para todos los revolucionarios egipcios. Pero, a medida que se acercaba el 25 de enero, ¿os esperabais que pasaría todo lo que ha pasado después?

Claro que sabíamos, teóricamente, que la situación política ha sido muy volátil desde hace años, y que un estallido revolucionario era posible. Pero no nos esperábamos en absoluto que pasara el día 25. La cantidad masiva de manifestantes que participaron en las protestas de ese día y su nivel de militancia es algo sin precedentes.

Estábamos acostumbrados a las convocatorias que pedían días de acción masiva, pero después sólo aparecían cien o doscientas personas que eran rápidamente dispersadas por las fuerzas de seguridad. Pero el 25 de enero, la cifra de manifestados crecía y crecía a medida que pasaban las horas, en El Cairo, en Alejandría y en cada vez más ciudades.

Los manifestantes pudieron rechazar con éxito los ataques continuados de la policía lanzándoles piedras. La gente salía de casa para unirse a nosotros. Las mujeres aullaban y nos lanzaban caramelos. A finales del 25 de enero, nos dimos cuenta que el momento revolucionario había comenzado.

¿Cuál fue el papel de los Socialistas Revolucionarios y de las otras fuerzas de la izquierda en la movilización de la protesta del 25 de enero?

Nosotros, y el resto de la izquierda, junto con el Movimiento de los Jóvenes del 6 de abril, jugamos un papel clave en la movilización. Los Hermanos Musulmanes no apoyaron el llamamiento a las protestas porque, como es habitual, no les gusta apoyar lo que no controlan. O sea que la izquierda tuvo que coger el timón.

Nuestro grupo y el resto de fuerzas de la izquierda nos reunimos y trazamos una estrategia de acción para el día 25. Por ejemplo, decidimos comenzar la manifestación en diferentes puntos de El Cairo, para dirigirnos luego hacia la plaza Tahrir. Hicimos así para evitar que las fuerzas de seguridad concentraran la atención en un solo punto central y rompieran nuestra acción antes de que comenzara, tal y como han hecho siempre en el pasado. Esta táctica nos resultó útil.

Además, si hemos de ser honestos, las fuerzas de seguridad no estaban preparadas para la cantidad masiva de gente que salió a la calle; les cogió desprevenidos.

Los medios de comunicación occidentales y egipcios continúan repitiendo que se trata sencillamente de una revolución de la gente más joven que se ha organizado a través de Facebook y otras redes sociales. ¿Nos puedes hablar un poco de la composición de clase, en los primeros días de la revolución?

La gente joven de diferentes clases sociales, cada uno con sus respectivos agravios contra el régimen, jugaron, efectivamente, un papel clave en la ignición de la revolución. Pero la contribución de la clase trabajadora ha sido también central desde el primer día.

Suez, por ejemplo, una ciudad con mucha clase trabajadora y con una larga historia de luchas contra los británicos y los sionistas, ha sido a la vanguardia de la revolución. Los trabajadores de Suez salieron de las fábricas de la ciudad y llenaron las calles, y sacrificaron los primeros mártires el día uno de la revolución. Sheikh Hafez Salama, un líder de las luchas contra el colonialismo británico de los años cuarenta en Suez, y después, de la guerra contra Israel, estaba en la calle con los revolucionarios. Incluso vino hasta aquí y se unió a nosotros en la plaza Tahrir.

De un modo similar, los trabajadores de El Cairo, Alejandría y Mansura han tenido un rol destacado en los acontecimientos desde el inicio. Pero los trabajadores no pudieron participar como fuerza colectiva para que los capitalistas comenzaran una huelga, parando la producción. Esto cambió en los días previos a la caída de Mubarak el día 11 de febrero y en los días que vinieron inmediatamente después.

En Tahrir, Alejandría y en otros lugares de Egipto, millones de personas participaron en la revolución. ¿Cómo operasteis e intervenisteis los Socialistas Revolucionarios, que sois poco numerosos, en este movimiento masivo? ¿Cuáles eran vuestras prioridades?

Desde el principio, los socialistas, los nasseristas y otros grupos de izquierda tuvimos un papel importante a la hora de dirigir las protestas. Pero a medida que se multiplicaban los manifestantes hasta llegar a los millones sólo en El Cairo o Alejandría y la revolución se expandía, tuvimos que concentrarnos en determinados puntos y priorizar. Decidimos centrarnos en cuatro o cinco cosas. Apostamos por continuar las luchas para hacer caer al régimen y rechazamos las llamadas a negociar con ellos.

Pusimos las demandas de la clase trabajadora en primer lugar, en el centro de toda nuestra literatura y la agitación. Hablamos con todos nuestros contactos y aliados en el movimiento obrero, y agitamos a favor de hacer huelgas que ayudaran a fortalecer la revolución.

Pedimos la confiscación de los activos de las grandes corporaciones conectadas con el régimen de Mubarak, y que estos activos fueran nacionalizados, y puestos bajo el control de los trabajadores.

Hicimos agitación para transformar la revolución política en una revolución social, y para obtener demandas populares como un salario mínimo de 1.200 libras [egipcias], sindicatos independientes, puestos de trabajo y subsidios de desempleo, entre otras demandas de clase.

Elaboramos seis comunicados para articular nuestro análisis y nuestras demandas, y en distribuimos miles y miles por las plazas, también utilizamos nuestra página web para llegar a todas las partes del país.

¿Cuál es el papel de los Hermanos Musulmanes, la mayor fuerza política en la oposición del país?

Los líderes de los Hermanos Musulmanes no apoyaron el llamamiento para la manifestación del 25 de febrero. En general, no apoyan a las acciones que no inician o controlan. Pero cuando empezó a ser evidente, a medida que pasaban las horas del primer día, que se estaba entrando en una revolución, decidieron participar.

Jugaron un papel importante en Tahrir y en el resto de puestos, sobre todo durante el 2 de febrero, el día en que el gobierno envió a sus mercenarios a caballo, armados con cócteles molotov, para atacar a los manifestantes.
No es necesariamente por número por lo que cabe destacar su papel; en realidad, no tienen más de un 15 o un 20 por ciento de apoyo político en la calle, y sólo uno de los 13 mártires de aquel día era miembro de los Hermanos. Fue más bien su nivel de organización, lo que ayudó. Actúan con una gran disciplina, y eso fue de ayuda a la hora de defender la plaza.

Ahora quieren anunciar que forman un partido político nuevo. Algunos miembros quieren que tenga una base civil, no religiosa. Otros, los de la vieja guardia conservadora, se oponen. En otras palabras, esperamos que haya una división entre sus filas.

Hemos visto la formación de un grupo más liberal, la Etilaf Shabab Althawra, la Coalición de la Juventud de la Revolución, que ha formulado una serie de demandas políticas y el lunes pasado negoció con el ejército. Esta formación incluye un grupo de activistas que han participado en la revolución, pero representan un sector liberal, de clase media, que quisiera limitar la revolución en el campo estrictamente político, con la demanda de reformas democráticas, pero sin cuestionar o desafiar al sistema básico del capitalismo. Estos liberales consideran que su tarea es aconsejar y presionar al ejército para sustituir tal o cual persona corrupta con este o con aquel tecnócrata honesto.

Muchos de estos liberales, ahora, se oponen a las huelgas de los trabajadores y trabajadoras: dicen que son egoístas, y hay quienes atacan a los huelguistas desde Facebook. Como he dicho antes, lo que quieren es reformas políticas, y se oponen a la lucha de clases.

Por supuesto, nosotros apoyamos y pedimos reformas democráticas, pero luchamos por una democracia radical que pone al frente y como punto clave los intereses de la gente trabajadora. Como socialistas revolucionarios, no queremos quedarnos en una revolución política; estamos organizando una revolución social liderada por los trabajadores y trabajadoras egipcias.
Hay muchos otros socialistas y grupos de la izquierda radical en Egipto.

¿Qué relación teneis con el resto de la izquierda radical? ¿Estais tomando alguna iniciativa política?

Siempre nos coordinamos con todas las otras fuerzas de la izquierda. Por ejemplo, formamos parte de un frente para la izquierda radical. En conjunto, coordinamos el apoyo a las huelgas, las manifestaciones, los comunicados públicos y a la prensa... Esto es importante. Estamos en una situación nueva, y muchas fuerzas de la izquierda y la derecha están formando partidos políticos.

También hemos de sacar adelante nuestras propias iniciativas. Primero, ayudamos a crear comités para defender la revolución entre los estudiantes y los trabajadores. Después, estamos haciendo una campaña de recogida de firmas entre los principales militantes de la clase trabajadora para formar un nuevo partido de los trabajadores. Este partido podría organizar, representar y articular los intereses de los trabajadores y trabajadoras e impulsar adelante la revolución.

La clase trabajadora egipcia es inmensa en cuanto a número, y las huelgas son masivas y extensas. ¿De qué manera se empieza a construir un partido así?

Sí, es cierto, pero no empezamos de cero. Hemos construido contactos y relaciones cercanas con la clase trabajadora durante los años de lucha anteriores y, al mismo tiempo, nos concentramos en sectores centrales de la economía: los trabajadores del sector textil, correos, los ferrocarriles, el transporte, las comunicaciones y la industria del cemento.

Pienso, también, que el nuevo movimiento para formar sindicatos militantes independientes que sustituyan a los pro-gubernamentales tendrá éxito, y esto nos ayudará en el esfuerzo por construir el partido de los trabajadores. Se trata de un movimiento revolucionario: tomas la iniciativa, y luego ya se verá qué pasa.

El ejército, ahora, controla el país, emitiendo comunicados y haciendo algunas concesiones, como la de disolver el parlamento. ¿Qué esperas del ejército a partir de ahora? ¿Utilizarán la fuerza contra las huelgas?
El ejército es un punto clave de la economía egipcia: controla un 25 por ciento, desde sectores como la industria, las extensiones agrícolas y los hoteles, pasando por el comercio de armas.

El ejército ha forzado a marchar a Mubarak y ha tomado el poder en un intento de bajar el ritmo de la revolución y salvar el sistema. Las presiones de la revolución desde abajo causaron una fractura en la cúpula del ejército: Mubarak, el ministro de defensa Mohamed Tantawi y el vicepresidente Omar Suleiman querían que el ejército hiciera uso de la fuerza para suprimir la revolución. El teniente general Sami Hafez Anan, jefe militar del Estado Mayor –que el 25 de enero estaba en Washington, por cierto– se negó a usar la fuerza. Cuando se llegó a este punto, no había otra salida que no fuera abandonar a Mubarak.

Ahora, el ejército pide a los huelguistas que detengan el movimiento, y eso es todo lo que pueden hacer: no están en una posición que les permita prohibir o atacar a las huelgas, ahora mismo. El ímpetu de la situación, de momento, aún es favorable a los trabajadores. El ejército necesitaría un tiempo para movilizar a la mayoría de la opinión pública contra los huelguistas –no sólo los liberales de clase media– antes de poder plantearse atacar a las huelgas.

Finalmente, el ejército se encuentra en una posición difícil. La revolución egipcia está teniendo un impacto regional e internacional inmenso. El mundo nos está mirando. La revolución tiene causas profundas, una fuerza enorme y un gran potencial para convertirse en una revolución social. Esta no es como las revoluciones que sucedieron en Filipinas contra Ferdinand Marcos durante los años ochenta o en Indonesia contra Suharto en los noventa: el papel de la clase trabajadora egipcia, en nuestra revolución, es más central que el que jugaron los trabajadores en las demás revoluciones mencionadas.

La clase trabajadora de nuestro país sentó las bases para los acontecimientos del 25 de enero con una lucha de clases intensiva que se ha estado desarrollando desde 2004. Es por ello que, en Egipto, la clase dirigente lo tendrá mucho más difícil para limitar la revolución a las reformas políticas.

Artículo extraído de Socialist Worker.

Traducción del inglés por Alba Dedeu

martes, 22 de febrero de 2011

DECLARACION DE SINDICALISTAS INDEPENDIENTES DE EGIPTO



Sindicalistas egipcios independientes. Los trabajadores egipcios que tan decisivos han sido a la hora de hacer caer a Mubarak mediante sus huelgas, platean las demandas laborales conjuntas a modo de programa obrero para unirlas luchas de los trabajadores en huelga y acabar realmente con el régimen.

El Cairo, 19 de febrero 2011

Revolución - Libertad - Justicia Social. Demandas de los trabajadores en la revolución

¡Oh los héroes de la revolución del 25 de enero! Nosotros, los trabajadores y sindicalistas de diferentes lugares de trabajo que han visto huelgas, ocupaciones y manifestaciones de cientos de miles de trabajadores a través de Egipto durante el período en curso, sentimos que es correcto, con tal de unir las demandas de los trabajadores en huelga, que éstos se conviertan en parte integrante de los objetivos de nuestra revolución, la que el pueblo de Egipto hizo, y por la que los mártires han derramado su sangre. Os presentamos un programa obrero, que reúne nuestras justas demandas, a fin de reafirmar el aspecto social de esta revolución y para evitar que sea robada de quienes están en su base, quienes deben ser sus beneficiarios.

Las demandas laborales que planteamos antes de la revolución del 25 de enero y que fueron parte de la antesala de esta gloriosa revolución son:

1. El aumento del salario mínimo nacional y de las pensiones, y un estrechamiento de la brecha entre salarios mínimos y máximos para que el máximo no supere en más de 15 veces al salario mínimo, con el fin de alcanzar el principio de justicia social que la revolución dio a luz, el pago de las prestaciones por desempleo, y un incremento regular que aumente con la subida de los precios.

2. La libertad de organizar sindicatos independientes sin condiciones ni restricciones, y la protección de los sindicatos y sus líderes.

3. El derecho de los trabajadores manuales y los empleados, campesinos y profesionales a la seguridad de empleo y protección contra el despido. Los trabajadores temporales deben ser permanentes, y los trabajadores despedidos deben ser devueltos a sus puestos de trabajo. Tenemos que acabar con todas las excusas para el empleo de trabajadores con contratos temporales.

4. Renacionalización de todas las empresas privatizadas y una parada completa del programa de privatización infame que destruyó la economía nacional bajo el régimen difunto.

5.
• Completar la destitución de los jefes corruptos que se hicieron al cargo de empresas con el fin de exprimirlas y venderlas fuera.
• Frenar el empleo de consultores que han pasado la edad de jubilación y que consumen hasta tres mil millones de la renta nacional, con el fin de abrir oportunidades de empleo para los jóvenes.
• Volver a la ejecución de los controles de precios en bienes y servicios con el fin de mantener los precios bajos y no con carga a los pobres.

6. El derecho de los trabajadores egipcios a la huelga, organizar sentadas y manifestaciones pacíficas, incluidas las sorprendentes ahora contra los remanentes del régimen, contra los capitalistas que exprimieron el máximo beneficio de las empresas antes de venderlas. Es nuestra opinión que si esta revolución no conduce a la distribución equitativa de la riqueza, no valdrá para nada. Las libertades no son completas sin libertades sociales. El derecho de voto depende naturalmente del derecho a una hogaza de pan.

7. La atención sanitaria es una condición necesaria para aumentar la producción.

8. Disolución de la Federación de Sindicatos de Egipto, que fue uno de los símbolos más importantes de la corrupción bajo el régimen difunto. La ejecución de las sentencias judiciales emitidas en contra de ella y la incautación de sus activos financieros y documentos. La incautación de los activos de los líderes de la FSE y sus sindicatos afiliados, así como su investigación.

Firmado:

Nombre, lugar de trabajo
Ahmad Kamal Salah, empleado de la Oficina Meteorológica
Hossam Muhammad Abdallah Ali, técnico sanitario
Sayyida Al-Sayyid Muhammad Fayiz, enfermera
Ashraf Abd al-Wanis, empleado de industria azucarera de Al-Fayyum
Abd-al-Qadir Mansur Umar Effendi, mozo de almacén
Hafiz Nagib Muhammad, Comp. Tubos de Futuro (Ciudad del 6 de octubre)
Muhammad Hassan, Comp. de Textiles Helwan de Egipto
Mahmud Abd-al-Munsaf Al-Alwani, Cementos Tura
Ali Mahmud Nagi, Comp. Comercial Farmacéutica de Egipto
Umar Muhammad Abd-al-Aziz, empleado de industria azucarera de Hawamidiyya
Muhammad Galal, Farmacéuticas Egipcias
Shazli Sawi Shazli, Comp. Fertilizantes de Suez
Muhammad Ibrahim Hassan, Industria Militar No.45
Wasif Musa Wahba, Industria Militar No. 999
Gamil Fathi Hifni, Autoridad General del Transporte
Adil Abd-al-Na’im, Contratistas Generales de El Cairo
Ali Hassan Abu Aita, Comp. de cuerdas Al-Qanah de Port Sa’id
Hind Abd-al-Gawad Ibrahim, Centro de Información
Hamada Abu-Zaid, Centro de Información
Muhammad Khairy Zaid, Centro de Información
Hatim Salah Sayyid, Autoridad General para Centros Culturales
Muhammad Abd-al-Hakim, Autoridad Nacional de Correos
Ahmad Islam, Comp. International Ibex
Tariq Sayyid Mahmud, Ind. Militar 99
Nabil Mahmud, Ind. Militar 999
Mahmud Shukri, sindicalista
Ahmad Faruq, Ind. Militar 999
Usama Al-Sayyid, Ind. Militar 999
Yasir Al-Sayyid Ibrahim, Comp. Tubos de Futuro
Mahmud Ali Ahmad, trabajador de curtidoría
Abd-al-Rasul Abd-al-Ghani, futuro trabajador
Ali Al-Sayyid Umar Effendi, mozo de almacén
Kamal Abu Aita, recaudador de impuestos de la propiedad (RETAU)
Ahmad Abd-al-Sabur, recaudador de impuestos de la propiedad (RETAU)
Salah Abd-al-Hamid recaudador de impuestos de la propiedad (RETAU)
Mahmud Umar, recaudador de impuestos de la propiedad (RETAU)
Khalid Galal Muhammad, trabajador
Muhammad Zaki Isma’il, Comp. Petrotrade

sábado, 19 de febrero de 2011

19 F ARGELIA : EL CENTRO DE ARGEL TOMADO POR LA POLICIA







Al igual que ocurriera el pasado día 12, Argel amaneció este sábado literalmente tomada por las fuerzas policiales. Varias horas antes del inicio de la manifestación convocada por la Coordinación Nacional por el Cambio y la Democracia , decenas de camionetas de la policía y vehículos militares ya se habían desplegado en la capital argelina.
Más de millar de manifestantes que, imitando las revueltas que sacuden el mundo árabe, coreaban “Argelia libre y democrática” “Fuera la corrupción” “ El pueblo quiere la caída del régimen” fueron duramente reprimidos por las fuerzas de seguridad cerca de la Plaza del Primero de Mayo, donde la marcha tenía previsto su comienzo a las 11 hs..A empujones y porrazos fueron conducidos hacía el patio de un complejo de edificios residenciales donde fueron rodeados por cientos de policías.
Un miembro del partido de Asociación para la Cultura y la Democracia (RCD), Tahar Besbes, resultó gravemente herido . Según Rafid Hassan, portavoz del RCD, Besbes "Fue golpeado en el estómago por un policía y al caer su cabeza golpeó el pavimento quedando en estado de coma".
La convocatoria ha contado con el apoyo del Comité Nacional por la Defensa de los Derechos de los Parados que ha denunciado la utilización por parte del Gobierno de jóvenes parados para “romper” las manifestaciones.
El gobierno ha respondido a las convocatorias de la oposición anunciando para final de mes el levantamiento del estado de emergencia declarado en 1992 como parte de la lucha contra la insurgencia islamista, así como varias medidas económicas relativas a la vivienda, el empleo , la gestión de la administración ,la bajada de los precios de algunos productos básicos y el aumento de las importaciones de trigo.
¿ Por qué no se produce el contagio de las revueltas de Túnez y Egipto?
Pudiera pensarse que es el miedo a la confrontación física con el aparato policial lo que impide una participación masiva de las masas populares en la protesta. En opinión de Nadir Djermoune del Partido Socialista de los Trabajadores las razones son otras:
“ - En primer lugar el miedo a un futuro incierto, el miedo a un resultado desconocido de una guerra civil de más de una década que ha dejado a los argelinos anémica y poco dispuesto a levantarse contra un régimen que todavía se legitima en su triunfo sobre el Islam radical a costa de decenas de miles de muertos.
-En segundo lugar la situación económica.La crisis no es tan aguda en Argelia como lo es en la vecina Túnez o Egipto. La economía de estos dos últimos países se centra principalmente en el turismo. Con otros dos sectores clave de la agricultura y los textiles, totalmente orientados hacia el mercado europeo. La apertura completa y esta lealtad absoluta al mercado europeo ha hecho que estas economías sean vulnerables a la crisis financiera que conoce el capitalismo global y especialmente en Europa. La concentración del comercio con Europa coloca a Túnez en una crítica situación de dependencia. Justo lo contrario de la economía argelina.
El desahogo financiero debido al petróleo y gas coloca a las autoridades argelinas con un cierto grado de autonomía vis-à-vis a las presiones del capitalismo global y la presión popular interna. La debilidad de las exportaciones fuera de los productos energéticos y la ausencia de un consumo turístico orientado fuera de la economía argelina es inmune a las fluctuaciones de las finanzas mundiales
Pero este problema de salud puramente financiero a nivel macro no elimina las desigualdades sociales y las inconsistencias en los países en desarrollo. Hay muchas contradicciones tanto en el desarrollo de sectores como en el desarrollo global..
- En tercer lugar y en el terreno político los mecanismos del poder en Argelia son diferentes de sus vecinos en su forma de expresión y sus mecanismos de gestión .El poder despótico en Túnez como en Egipto se concentraba en manos de una persona. El Raïs egipcio centraba todo el odio y el rencor, la autocracia de Túnez junto con la participación de prácticamente todos los de la familia de Ben Ali en el saqueo del país ofrece un blanco fácil para vendeta popular . Sin embargo, el despotismo de la burocracia es "colectivo". La tormentosa historia de las crisis sucesivas del gobierno argelino, la marginación de Chadli, el asesinato Boudiaf, la dimisión de Zeroual hasta la llegada de Bouteflika, muchos episodios que no permiten una constitución en el poder, por no hablar de su consolidación en tan poco tiempo, una familia aristocrática o regional.
El gobierno argelino se parece más a una coalición burocrática de las clases propietarias que tiene una base más amplia que las dictaduras personalizadas de Túnez y Egipto. Por lo tanto, menos vulnerable. Las dictaduras “diluidas” son más difíciles de derribar que las que ofrecen un escaparate al resentimiento popular, como fue el caso del Sha de Irán . Los ingresos del petróleo puede mitigar la ira del pueblo y aplazar su radicalización al menos mientras la burocracia encabezada por la jerarquía militar sigua siendo poco visible en la política y capaz de integrar, a una parte de las maquinarias políticas sometiéndolas al juego de la cooptación. Pero todo esto no excluye la posibilidad ni la necesidad de reanudar la construcción de una alternativa democrática y popular. Reducido a revueltas y disturbios, la insolencia radical popular necesita una política creíble“
.

ESTADOS UNIDOS:SE RADICALIZAN LAS LUCHAS.














Desde el 14 de febrero, decenas de miles de estudiantes y trabajadores han ocupado el Parlamento estatal de Wisconsin en Madison, en respuesta al gobernador Scott Walker que había manifestado que “ pondría a raya” a los trabajadores públicos con una serie de medidas como duplicar los pagos de seguro de salud en más de por más de 12 por ciento , hacer que los trabajadores contribuyan con el 6 por ciento del salario para sus pensiones y eliminar la negociación colectiva para los 175.000 empleados estatales
Gilbert Johnson, presidente de la AFSCME (American Federation of State, County, Municipal Employees) manifestó : "Estamos asqueados por los esfuerzos de la administración actual para despojarnos de nuestros derechos y la dignidad. El aumento de las protestas en todo el estado, y en especial en el parlamento estatal, son exactamente lo que se necesita para echar abajo el proyecto de ley del gobernador de Walker, que es un ataque contra los trabajadores y antisindical. La resistencia del pueblo de Wisconsin está inspirando esperanza en muchas personas pobres y trabajadoras en todo el país. Necesitamos un flujo constante de gente que venga a apoyarnos para detener este proyecto de ley “.
Mientras el gobernador Walker presentaba su proyecto ante el Comité Mixto de Finanzas más de 12.000 personas participaban en un mitin delante del Parlamento Estatal y otras 10.000 en una vigilia esa noche.
También los estudiantes de secundaria de Stoughton, Wisconsin, abandonaron las aulas el 14 de febrero para protestar contra las medidas presupuestarias y han acampando durante la noche en el interior del Parlamento.
En la mañana del 15 de febrero, cuando los miembros del Comité de Finanzas trataron de cerrar el turno de intervenciones del público cientos de manifestantes enojados liderado por los estudiantes coreaban "Vamos a hablar" ,lo que provocó que los debates se prolongaran.
Una vez se difundió la noticia cientos de autobuses se desplazaron a Madison, desde todo el Estado para acudir a los mítines y apoyar los piquetes. Según la La AFL-CIO de Wisconsin el día 15 ya había cerca de 20.000 personas en los alrededores del Parlamento,cifra que el día 16 era ya de casi 50.000.
La semana comenzó con piquetes delante de la vivienda del Gobernador Walker. Al día siguiente, fueron las las acciones simultáneas de protesta de los estudiantes y de AFSCME, Wisconsin Education Association Council, Wisconsin AFL-CIO y AFT Wisconsin que se dirigieron en manifestación al mitin que iba a celebrarse delante del Parlamento coreando consignas como “ "Fuera las manos de los trabajadores, que paguen los bancos” "¿Quién tiene el poder? Tenemos el poder" y muchos otros se están haciendo populares en todo el Estado.
A Wisconsin están empezando a llegar declaraciones de apoyo procedentes de todo el país:The San Francisco Labor Council, the Tucson May 1st Coalition, United Electrical Workers Local 150, Black Workers for Justice, South Bronx Community Congress, Michigan Emergency Committee Against War and Injustice, Students for a Democratic Society, Fight Imperialism, Stand Together, Moratorium NOW! Coalition to Stop Foreclosures, Evictions & Utility Shutoffs, y decenas de sindicatos, organizaciones estudiantiles y comunitarias .
En una declaración emitida el 14 de febrero la organización Bail Out the People Movement señalaba: "Lo que los ricos y los poderosos quieren hacer es privarnos de todos nuestros derechos para que todos los trabajadores seamos unos esclavos , tanto en el sector público y privado. La llamada crisis de déficit está siendo utilizada como una excusa para atacar a los trabajadores en todos los sectores, tanto del privado como del público .Nosotros decimos basta!. Hay que controlar a los bancos y poner impuestos a los ricos. Destinar al pueblo los billones de dólares gastados en la guerra y en apuntalar dictaduras . Debemos decirle gobernador Scott Walker que si pone sus manos sobre los trabajadores públicos haremos lo que la juventud y al pueblo de Egipto hizo! .Os invitamos a todos a alojaros en el Parlamento de Wisconsin hasta que se nos escuche”.

Día de acción para defender la educación pública

También en el estado de Carolina del Norte se han radicalizado las protestas, en este caso de los estudiantes que exigen que se acaben los ataques contra la educación pública
Jóvenes de todas partes del estado al grito de “la educación es un derecho, no un privilegio” se concentraron ante la Asamblea General de Carolina del Norte ( órgano legislativo del Estado) el pasado 26 de enero, fecha en la que tenía convocada su primera sesión legislativa.
El “Día de acción para defender la educación” fue organizado por una coalición de grupos dirigidos por jóvenes que están involucrados/as en las luchas contra los recortes presupuestarios y subidas de las matrículas, hasta la lucha por ganar el acceso total a la educación universitaria para estudiantes no documentados/as y cambiar la creciente ola de segregación en los sistemas de educación pública del estado.
A pesar del tiempo frío y lluvioso cientos de jóvenes , incluyendo muchos/as estudiantes de la secundaria y jóvenes inmigrantes, asistieron a la convocatoria que empezó en la mañana con una rueda de prensa seguido por una marcha y manifestación en la tarde.
La combativa marcha por el centro de Raleigh llenaba el ambiente con consignas como ¡“No recortes, no cuotas, la educación debe ser gratis”! y ¡“Educación sí, deportación no”! mientras se dirigía a tres lugares: la mansión del gobernador, el Departamento de Instrucción Pública y las oficinas de las universidades comunitarias de Carolina del Norte. En cada parada los/as oradores/as trataban de conectar estas luchas sobre educación con la necesidad de que los/as jóvenes del estado luchen para detener la serie de recortes y leyes reaccionarias propuestas por la nueva legislatura dirigida por republicanos.
Monse Álvarez de NC HEAT señaló “Este día de acción fue importante porque no podemos simplemente dejar que esta legislatura nueva comience sin hacerles sentir nuestra protesta ... Ellos quieren que volvamos a la era de segregación de Jim Crow donde inmigrantes y gente de color son tratados/as como si fuéramos menos que seres humanos. Quieren empujar su agenda con sus leyes anti-inmigrante, anti-trabajador/a, anti-educación, en contra de todo lo que necesitamos los/as trabajadores/as, a menos que hagamos algo para defendernos
Como muchos gobiernos estatales en el país que están enfrentando déficits en sus presupuestos, los políticos han recortado los servicios públicos para cubrir el déficit de casi 4 mil millones de dólares en el estado. La mayoría republicana, que recientemente ganó ambas cámaras de la legislatura por primera vez en 112 años, ha prometido controlar este déficit solamente con recortes presupuestarios. Miles de trabajadores/as estatales podrían perder sus empleos. El sistema universitario está enfrentando un recorte del 15 por ciento al perder los sistemas de educación pública del estado recortes de casi $100 millones. Programas enteros de salud enfrentan eliminación, y cada beneficio social está bajo ataque.
El Partido Republicano no perdió tiempo en proponer leyes reaccionarias. En el segundo día de su sesión presentaron una ley anti-inmigrante que usa la ley SB 1070 de Arizona como modelo, una ley que prohibiría que estudiantes no documentados/as asistan a colegios comunitarios y universidades estatales (HB11), una ley que requiere a los/as votantes mostrar sus carnets de identidad, y otras disposiciones más.
“Hicimos que escucharan nuestras voces ese día, y fue importante estar allí y hablar sobre problemas en nuestras comunidades tales como la educación. Ellos tenían miedo de que estuviéramos allí. Mandaron a la policía para tratar de detenernos. Desafortunadamente, presentaron la HB11 el próximo día, pero esto fue solamente el comienzo, y vamos a seguir luchando sobre estos asuntos”, dijo Raúl Arce de Raleigh FIST .
Grupos por todo el estado están movilizándose para luchar contra los recortes masivos propuestos por la legislatura y para impedir los crecientes ataques racistas contra la comunidad inmigrante. Los/as activistas planean muchas acciones y manifestaciones diversas en las semanas venideras.

El presupuesto Obama contra los trabajadores

Pero esos recortes masivos afectan a todo el país El pasado 14 de febrero, el presidente norteamericano Barack Obama presentó un proyecto de presupuesto federal que es parte de la campaña bipartidista para recortar el gasto social con el fin de reducir la creciente deuda gubernamental y proteger los pagos a los acaudalados obligacionistas.
Tanto los Demócratas como los Republicanos están comprometidos con los gastos militares. El presupuesto de Obama proyecta 671 mil millones de dólares en gastos militares durante el próximo año, e incluye 118 mil millones de dólares para las guerras en Afganistán, Pakistán e Iraq. El presupuesto militar de Washington casi alcanza al total de los gastos militares conjuntos de todos los demás países del mundo.
También se proyecta un buen financiamiento de la guerra doméstica contra el pueblo trabajador. Aumentará el presupuesto del Departamento de Seguridad del Suelo Nativo. El número de agentes de la Patrulla Fronteriza subirá a un nivel record de 21 370, reflejando “el despliegue más grande de policías a las primeras líneas en la historia de la agencia”, dijo el departamento.
El congelamiento por cinco años de programas domésticos, si entrara en vigor, reduciría estos gastos en términos reales a su nivel más bajo desde 1961, cuando el presidente Dwight Eisenhower terminó su mandato.
Se recortarían unos 2.5 mil millones de dólares al programa de asistencia para los gastos eléctricos para hogares de bajos ingresos, que ayuda a personas que no pueden pagar la calefacción. Programas de subvenciones para el desarrollo comunitario, que renueva viviendas de trabajadores con escasos ingresos, serían recortados en 300 millones de dólares. La construcción de vivienda para los jubilados y los discapacitados recibiría 172 millones de dólares menos.
Los recortes presupuestarios serán por encima de la anunciada congelación de salarios para más de 2 millones de empleados públicos civiles por dos años, y el segundo año consecutivo sin que se aumenten los pagos de Seguridad Social para compensar por la alza en el costo de la vida.
Trabajadores/as y estudiantes alrededor del mundo — de Egipto a Túnez, de Yemen a Jordania, de Gran Bretaña a Puerto Rico — están mostrando el único camino para salir de esta crisis, que es tomar su destino en sus propias manos y luchar. La acción continua y deliberada es exactamente lo que se necesita para acabar con los ataques contra la educación y el sector público y para detener las fuerzas reaccionarias que han surgido en este período.

Fuentes: Brian.G Pfeiffer ( WORKERS WORLD) , Raleigh FIST y Angel Lariscy( THE MILITANT )

jueves, 17 de febrero de 2011

MUJERES ARABES TOMAN LAS CALLES


La gran cantidad de fotografías y videos que documentan las últimos acontecimientos en el mundo árabe muestran la incursión de mujeres de este sector formando parte de estas revueltas. Al menos en los conflictos de Túnez y Egipto, las mujeres han contribuido a romper con ciertos imaginarios construidos sobre la fémina musulmana, al tiempo que deja al descubierto un nuevo saber acerca de cómo el rol de las mujeres en los países islámicos ha cambiado de forma abismal.

Mujeres con sus “sefsari”, “hiyab”, “niqab” y hasta sin estos tradicionales velos, han tomado las calles de Egipto y Túnez, y se les ha visto combatientes en primera fila dando cara de forma desafiante a la oficialidad.

Esta participación, no como un ente aparte, sino como compañeras de lucha de los hombres. Aunque las imágenes parecen inauditas para muchos, la incursión de las mujeres en la política en Túnez y en Egipto comenzó hace mucho tiempo. Si bien es cierto que dentro de la religión musulmana se promueven actos como la lapidación, la mutilación genital y la poligamia, existen innumerables movimientos a favor de los derechos humanos y de la mujer que han dado la lucha a favor de la abolición de estos actos y el avance de la mujer en la sociedad islámica. Sin embargo, estos avances en gran medida han quedado invisibles en ciertas coberturas de algunos medios de comunicación.

En efecto, la doctora Laura Navarro, profesora de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valencia -y quien ha estudiado el imaginario de la mujer musulmana en los medios y en el mundo occidental-- atribuye esta invisibilidad al desinterés de los medios por aquellos temas que no son “rentables”

“Yo realicé una investigación en discurso televisivo y siempre que se habla de esta región del mundo es para informar sobre ataques terroristas, lapidaciones, conflictos bélicos; en general sobre textos negativos. Según los empresarios de la comunicación, esas noticias dramáticas venden más y vende menos hablar sobre los derechos humanos o los movimientos a favor de la mujer”, explicó Navarro en entrevista radial para la emisora en Internet “Dos Luces”.

Asimismo, esta invisibilidad ha contribuido a ocultar el que precisamente en Túnez y Egipto las leyes son menos restrictivas en cuanto a la mujer, estas ocupan puestos políticos de importancia y la lucha de grupos feministas islamistas ha logrado la abolición de las lapidaciones, la obtención de derechos y mejores oportunidades de trabajo para las mujeres.

Presisamente, antes de que comenzara la revuelta fue un grupo de mujeres quienes comenzaron a protestar en contra del régimen de Ben Alí. Los frentes fueron muchos, no solamente fueron tomadas las calles, sino que la literatura e Internet fue un vehículo para esbozar el descontento que tenían contra el derrocado líder.

Para estas mujeres, entre las cuales se puede mencionar a Radhia Nasrauoi (presidenta de la Asociación Tunecina de Lucha contra la Tortura) el precio a pagar por su osadía fue caro. Y es que, Nasraoui fue amenazada de muerte, perseguida por la Policía Secreta e incluso se le acusó de practicar la sodomía, pues se hicieron fotomontajes de su rostro a una actriz pornográfica en fotos y videos comprometedoras.

Cabe destacar, que luego de que Ben Alí, huyera del país, una centena de mujeres convocadas por la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas se concentraron en la avenida Habib Burgiba para reclamar mejores derechos y la equidad entre hombre y mujer. Poco después de que comenzara la manifestación un grupo de jóvenes que se manifestaba en contra del antiguo régimen provocaron la disolución de la convocatoria de las mujeres.

De igual manera, en Egipto las mujeres desempeñaron un papel importante en la revolución para derrocar al presidente de esa republica Hobsni Mubarak. Estas participaron activamente en la convocatoria de la protesta el pasado 25 de enero de 2011, donde portando pancartas y megáfonos marcharon en contra del régimen; y ni siquiera la violencia desatada en las calles les disuadió de formar parte activa en este histórico momento.

Amel Said, una ciudadana egipcia explicó al periódico La Vanguardia de Barcelona España, que su familia, (incluyendo a su marido) le instó a participar. Según Said su participación se centra en la esperanza de que “ahora las mujeres tendrán voz en los asuntos de Egipto”.

Por su parte, Nehad Abul Komsan, directora del Centro Egipcio para los Derechos de la mujer, la participación de las mujeres se debe en gran parte al acceso que tienen hoy día a la educación. En efecto, el porcentaje de mujeres alfabetizadas en Egipto (un 59 por ciento) es mayor al de otros países árabes como Yemen donde solo un 30 por ciento de las mujeres están alfabetizadas.

Con estas cifras concuerda Marie Laure Rodríguez, presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas en España, argumentando que un mayor acercamiento a la educación a las mujeres en esta zona las ha hecho más conscientes de sus derechos.

"Cada vez son más las mujeres que acceden a la educación y son más conscientes de sus derechos como musulmana y no lo que algunas costumbres fundamentalistas imponen", recalcó.

Publicado en DIALOGO DIGITAL ( Puerto Rico)

miércoles, 16 de febrero de 2011

LA CAIDA DE MUBARAK Y EL PAPEL DE LOS TRABAJADORES


Por MARIO HERNANDEZ Rebelión

Tanto en los procesos revolucionarios de Túnez como de Egipto la mayoría de los medios informativos sólo destacan el papel de la juventud y las clases medias que utilizan Internet y las redes sociales como actores privilegiados de las protestas.

Estas opiniones parcializan la realidad y ocultan el papel de los trabajadores que fue decisivo en Túnez para la caída de Ben Alí y parece haberle dado el empujón final a Mubarak en Egipto.

En el primer caso fueron fundamentales las huelgas apoyadas por la federación sindical semiindependiente Unión General de Trabajadores de Túnez -UGTT- cuando ya en los últimos días de diciembre los trabajadores se habían sumado a las protestas provocadas a partir de la inmolación de Mohamed Bouazizi -licenciado sin trabajo forzado a sobrevivir como vendedor ambulante de frutas y hortalizas- el 17 del mismo mes. Incluso si la dirigencia sindical colaboraba con el régimen, sus miembros eran sindicalistas militantes lo que posibilitó que llegada la hora de las huelgas, los sindicatos pudieran sumarse.

A partir de ese momento, a diferencia de lo que había pasado en Redeyef, Gafsa, 3 años atrás 1 , las manifestaciones se extendieron a todo el país.

Así se sumaron a los manifestantes primero los abogados, a su vez violentamente reprimidos. Con la vuelta a clases a inicios de enero después de sus vacaciones la juventud universitaria y secundaria bajó a la calle, protagonizando el movimiento más profundo de la juventud escolarizada desde febrero de 1972 (suerte de “Mayo francés” estudiantil tunecino), cuando habían tambaleado a Burguiba por primera vez. Bien poco sirve la represión que, al contrario, empuja a los trabajadores a sumarse. En muchas localidades, los obreros se manifiestan ante las sedes de las UGTT locales (cuya dirección nacional está estrechamente vinculada al RCD, el partido de Ben Alí) exigiendo que se proclame la huelga. En otros casos, la UGTT se suma a los paros cuando éstos ya arrancaron para que no se les escapara de las manos. Este no es sólo el caso de zonas de históricas insubordinaciones obreras como el puerto de Sfax (pulmón económico y segunda ciudad del país) o la cuenca minera de Gafsa, ya testaferros de la lucha antifrancesa en los años 1930 y 1940. La protesta obrera se extiende a todo el país, abarcando no sólo aquellas federaciones como correos o educación que siempre defendieron posiciones contrarias al régimen, sino a la mayoría de los sindicatos.

Hamma Hammami, secretario general del Partido Comunista de los Obreros Tunecinos (PCOT) sostiene que aunque han faltado un programa y una organización centrales, el movimiento no es verdaderamente espontáneo en el sentido de "ausencia de toda organización y de toda conciencia". No. Hay una conciencia política nacida de una acumulación de luchas en el curso de los veinte últimos años. De otra parte, hay una cierta organización a nivel regional y local, a veces alrededor de sindicalistas, de militantes de los derechos humanos, todos juntos. En ciertas localidades, el sindicato de los abogados ha tomado la iniciativa de manifestaciones y dirigido el movimiento. 2 Por ejemplo, el local de la UGTT en Redeyef es ahora el palacio de gobierno.

También Nizar Amami, portavoz de la Liga de la Izquierda Obrera de Túnez, sostiene que la izquierda sindical, algunas federaciones y uniones locales y regionales de la UGTT están hoy en el corazón del proceso revolucionario: “No es por casualidad, pues desde hace ya varios años se ha visto a algunas federaciones convocar huelgas sin el acuerdo del secretariado general.

Estas estructuras, en algunos casos, han mostrado la vía en las luchas y en la forma de organizarse. Era, por ejemplo, el caso de las uniones locales de la cuenca minera de Gafsa, hace tres años.

Gracias a la movilización popular, la izquierda de la UGTT ha podido vencer la orientación de salvamento del antiguo régimen defendida por el secretariado general de la central. Esto se ha traducido en un apoyo del comité ejecutivo de la UGTT a las huelgas generales organizadas en algunas regiones y que han participado en la caída de Ben Alí.

Desde el comienzo de las manifestaciones, la acción de los militantes sindicales de las federaciones de la enseñanza primaria y secundaria, de ciertos sectores de la salud, de los sectores de correos y telecomunicaciones, de los diplomados en paro, se ha conjugado a la de los abogados y de los estudiantes de la Unión general de los estudiantes de Túnez (UGET). Los militantes sindicales han jugado un papel importante cuando no primordial en la organización y el desarrollo de las manifestaciones. Una de las pruebas del papel clave del sindicalismo, es que numerosas manifestaciones salieron de los locales de la UGTT. Los sindicalistas han jugado igualmente un gran papel en los debates locales y en la creación de comités, así como en la marcha popular hacia la capital a partir del 22 de enero.” 3

El movimiento obrero egipcio

En un artículo publicado por Página 12 de Argentina, el intelectual marxista Samir Amín, para quien el movimiento tiene como sus componentes fundamentales a la juventud estudiantil urbana, apoyada por segmentos de las clases medias educadas, demócratas, “las cosas podrían cambiar si la clase obrera y los movimientos campesinos entran en escena. Pero por ahora tal cosa no parece estar en la agenda”.

Sin embargo, a partir del domingo 6 de febrero con la vuelta al trabajo fomentada por el propio gobierno, la situación dio un giro con la entrada masiva del proletariado egipcio en la escena. En una ciudad tras otra hubo huelgas y ocupaciones de fábricas.

Según informó Ahram Online las protestas laborales se intensificaron en Suez con la participación de los trabajadores textiles en una manifestación junto a otros 2.000 que exigían su derecho al trabajo. En la misma ciudad alrededor de 2.000 jóvenes se manifestaron para reclamar trabajo.

En Mahalla, más de 1.500 trabajadores de la empresa Abu El-Subaa se manifestaron, cortando la carretera, para exigir el pago de sus salarios, y declararon que no es la primera vez. Los trabajadores han protagonizado repetidas sentadas durante dos años, para exigir sus derechos.

Más de 2.000 trabajadores de la empresa farmacéutica Sigma, de la ciudad de Quesna, se han declarado en huelga exigiendo mejores salarios y los beneficios que fueron suspendidos durante años. Los trabajadores también están pidiendo la destitución de los directivos que han maltratado a los trabajadores.

En El Cairo, más de 1.500 trabajadores de la limpieza y embellecimiento del espacio público se manifestaron frente a la sede de la administración en Dokki. Sus demandas incluyen un aumento en el salario mensual a 1.200 libras egipcias y un almuerzo diario. Los trabajadores también exigen la contratación indefinida y el cese del presidente de la administración.

También están en huelga los trabajadores de las telecomunicaciones de El Cairo. En la ciudad clave de Suez, los trabajadores han ocupado la planta textil de Suez Trust. Alrededor de 1.000 trabajadores de la fábrica de cemento de Lafarge en Suez también están en huelga. Entre sus demandas figuran la formación de un sindicato y el apoyo a la revolución. Los trabajadores del cemento de Tora han comenzado una sentada para protestar contra sus condiciones de trabajo.

La agencia oficial de noticias Al-Ahram publicó un informe titulado: "Los empleados detienen al vicepresidente del sindicato de trabajadores egipcios", que relataba: "El vicepresidente del Sindicato de Trabajadores Egipcios, Mostafa Mongy, permanece detenido desde el lunes (7 de febrero) por la mañana por los empleados para exigir su inmediata renuncia."

El martes 8 de febrero, profesores universitarios realizaron una marcha en apoyo a la revolución, uniéndose a los manifestantes de la Plaza Tahrir. También el miércoles 9 de febrero, los periodistas se reunieron en la sede de su sindicato, para presionar por la destitución de su jefe sindical, apoyado por el Estado, Makram Mohamed Ahmed.

El personal técnico del ferrocarril en Bani Suweif está en huelga. Por lo menos dos fábricas de producción militar en Welwyn están en huelga. Miles de trabajadores petroleros están protestando frente al Ministerio del Petróleo. El jueves 10 de febrero más trabajadores petroleros de las provincias descenderán hasta Nasr City para unirse a las protestas frente al Ministerio del Petróleo, y los trabajadores de Ghazl Mahalla también iniciarán una huelga.

En una entrevista del domingo 6 de febrero, Hossam el-Hamalawy, periodista y bloguero egipcio del sitio 3arabawy declaraba:

"Ya han pasado dos días desde que los trabajadores dijeron que no iban a volver a trabajar hasta la caída del régimen. Hay cuatro focos de lucha económica. Una planta siderúrgica en Suez, una fábrica de fertilizantes en Suez, una fábrica textil cerca de Mansoura en Daqahlia (la fábrica de ropa Mansoura-España en la región del Delta del Nilo) en huelga que han echado a su CEO (gerente) y están autogestionando su empresa. Hay también una tienda de impresión en el sur de El Cairo llamada Dar al-Matabi: allí, también echaron a su CEO y están autogestionando la empresa”.

El miércoles los tres sindicatos independientes que existen en Egipto (el de los recaudadores de impuestos sobre la propiedad, el de los técnicos de la salud y el de la federación de pensionistas) se manifestaron frente a la sede de la progubernamental Federación Egipcia de Sindicatos, en la calle Galaa, exigiendo el procesamiento de su presidente por cargos de corrupción y demandando la supresión de todas las restricciones para formar sindicatos libres.

Estos mismos sindicatos, junto con grupos de trabajadores independientes en industrias crearon la Federación Egipcia de Sindicatos Independientes el pasado 30 de enero.

El manifiesto de los trabajadores del metal y el acero en Helwan, los cuales están convocando a una gran marcha de trabajadores para el viernes 11 de febrero hacia la Plaza Tahrir, proponen las siguientes demandas:

1) La inmediata salida del poder de Mubarak y de todos los elementos del régimen y sus símbolos.

2) La confiscación de la fortuna y las propiedades de todos los símbolos del régimen, y de todos aquellos que se demuestre que han sido corruptos, en nombre de los intereses de las masas.

3) La renuncia inmediata de todos los trabajadores de los sindicatos controlados por, o afiliados, al régimen, así como la creación de sindicatos independientes y la preparación de sus conferencias generales para elegir y formar sus organizaciones.

4) La recuperación de empresas del sector público que hayan sido vendidas o cerradas y su nacionalización en provecho del pueblo, así como la formación de una nueva administración para dirigirla, con la participación de trabajadores y técnicos.

5) La formación de comités para asesorar a los trabajadores en todos los lugares de trabajo y supervisar la producción y la distribución de precios y salarios.

6) El llamamiento a una Asamblea Constituyente de todas las clases populares y tendencias para la aprobación de una nueva Constitución y la elección de consejos populares sin esperar a las negociaciones con el régimen actual.

Nuevamente Ahram Online informaba el 10 de febrero de que los trabajadores de la Compañía del Canal de Suez de las ciudades de Suez, Port Said e Ismailia han empezado una ocupación indefinida de las instalaciones de trabajo. Tal cosa amenaza con perturbar el movimiento de barcos si la huelga continúa. Más de 6.000 manifestantes han acordado continuar su protesta frente a las sedes de la empresa hasta que sus demandas sean satisfechas. Están protestando contra los salarios de pobreza y el deterioro de las condiciones sanitarias y laborales.

Esta situación ya se indicaba en el informe presentado en un simposio patrocinado por el Carnegie Endowment for International Peace, en febrero del año pasado, que señalaba que ha habido más de 3.000 protestas de trabajadores egipcios desde 2004. Asimismo, Joel Beinin, profesor de la Stanford University, se refirió al activismo obrero en Egipto como “el mayor movimiento social del mundo árabe desde la Segunda Guerra Mundial”.

Antecedentes

Acertadamente, en la entrevista que le realizó Mark Levine -profesor de historia especializado en Medio Oriente- para la cadena Al-Jazeera El periodista Hossam el-Hamalawy sostenía: “Las revoluciones no surgen de la nada. No tenemos mecánicamente una mañana en Egipto porque ayer hubo una en Túnez. No es posible aislar estas protestas de los cuatro últimos años de huelgas de trabajadores en Egipto o de eventos internacionales como la intifada al-Aqsa y la invasión de Iraq por EE.UU.”

El movimiento sindical egipcio fue muy atacado en los años ochenta y noventa por la policía, que utilizó munición de guerra contra huelguistas pacíficos en 1989 durante huelgas en las plantas siderúrgicas y en 1994 en las huelgas de las fábricas textiles, pero en 2004 las grandes protestas de los trabajadores industriales de las empresas estatales y ex estatales del Delta del Nilo encendieron la mecha que las incrementaría exponencialmente, ante los éxitos conseguidos por aquéllos, facilitados por el temor del régimen a su gran número y a que la protesta laboral se uniera a la protesta política.

Desde entonces hasta 2011 no ha pasado una semana sin que se produjeran decenas de protestas de mayor o menor tamaño, trasladadas recientemente a las principales instituciones de El Cairo (Parlamento, ministerios), donde se producían concentraciones toleradas. Los intentos de crear organizaciones sindicales y una coordinación ajena al sindicato vertical habían comenzado a dar sus frutos, pese a la represión. En 2010 los tribunales dieron la razón a quienes demandaban la necesidad de actualizar el irrisorio salario mínimo fijado desde hace décadas en 35 libras (unos 7 dólares). El gobierno propuso 400 libras. Los que lo demandan exigían 1.200.

Desde diciembre de 2006 se viven las mayores y más sostenidas olas de acciones huelguísticas desde 1946, detonadas por huelgas en la industria textil en la ciudad de Mahalla en el Delta del Nilo, centro de la mayor fuerza laboral en Medio Oriente con más de 28.000 trabajadores. Comenzó por temas laborales pero se extendió a todos los sectores de la sociedad con la excepción de la policía y las fuerzas armadas. Hubo manifestaciones que reunieron más de 10.000 trabajadores.

La segunda huelga de Mahalla de septiembre de 2007 duró seis días. La huelga de Kafr al-Dawwar en febrero de 2007 también duró varios días, y una huelga de trabajadores en la empresa textil de Abu-Makaram, en la ciudad de Sadat, duró 3 semanas (54 dólares mensuales era el salario de los trabajadores textiles en lucha). Contra los sindicatos paraestatales se creó en ese momento la Liga de Trabajadores Textiles, organizada por los líderes de la huelga de Mahalla. Esas luchas fueron mostrando un movimiento obrero fuerte, combativo y estructurado, aunque no a nivel nacional. En 2006 se produjeron 227 huelgas en todo el país; en 2007 se elevó la combatividad hasta llegar a las 580.

En abril de 2008 hubo una huelga general convocada por los sindicatos contra el alza del pan, del costo de vida y por aumentos de salarios frente a la llamada “crisis del pan”, producida por el alza internacional de los alimentos, provocada por la especulación desatada con la crisis mundial iniciada en los EE.UU. en 2007. Algo inédito desde los años 40. En esta oportunidad irrumpen por primera vez los jóvenes de Facebook y de Twiter en solidaridad con los trabajadores y sus reivindicaciones, los llamados “Jóvenes del 6 de abril”.

En los 3 primeros meses de 2008 se realizaron 389 huelgas y protestas.

Como resultado de esas huelgas se lograron obtener 2 sindicatos independientes, los primeros de su clase desde 1957, el de los cobradores de contribuciones de bienes raíces, que incluye a más de 40.000 empleados públicos y el de los técnicos de la salud, más de 30.000.

Como vemos muy lejos de ser un actor ausente, el movimiento de los trabajadores en Egipto y Túnez ha sido decisivo en la caída de los dictadores Mubarak y Ben Alí.

Notas:

1 Este levantamiento, que mantuvo en jaque a la dictadura durante ocho meses y se saldó con cuatro muertos, decenas de heridos y centenares de detenidos, sirvió de ensayo y escuela para la experiencia revolucionaria de estos días, en la que Redeyef se ofrece como un modelo de organización y autogestión integral del que participa toda la población. La UGTT local, que en 2008 centralizó las protestas y sufrió en carne propia los zarpazos de la represión, se ha convertido de forma natural en la cadera sobre la que se apoya la vida de la ciudad. Entonces rompió con la dirección sindical en Túnez; hoy opera de forma completamente autónoma. El 3 de febrero, una huelga general unánime demostró quién gobierna Redeyef. Allende, Alma, “Redeyef y Moulares, vecinos y extremos”, Rebelion.org.

2 Entrevista de Myriam Martin y Coralie Wawrzyniak (NPA) publicada en Rebelion.org el 10.02.2011.

3 Entrevista de Wassim Azreg (NPA) publicada en Rebelion.org el 1.2.2011.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR

domingo, 13 de febrero de 2011

PARA EGIPTO ESTE ES EL MILAGRO DE LA PLAZA TAHIR


Slavoj Žižek/ THE GUARDIAN Es imposible no percibir la naturaleza “milagrosa” de los eventos en Egipto: ha sucedido algo que pocos predijeron, y que ha contradicho la opinión de los expertos, como si el levantamiento fuera, más allá del simple resultado de causas sociales, la intervención de una fuerza misteriosa que podríamos llamar, a la manera platónica, la eterna idea de libertad, justicia y dignidad.
El levantamiento fue universal: todos, en el mundo entero, pudimos identificarnos con él, reconocer de qué se trataba, sin necesidad de un análisis cultural de las características de la sociedad egipcia. En claro contraste con la revolución de Khomeini en Irán (donde la izquierda tuvo que camuflar su mensaje bajo el contexto islamista dominante), aquí el contexto es claramente un clamor universal secular por la libertad y la justicia, de tal manera que los Hermanos Musulmanes han tenido que adoptar el lenguaje de las demandas seculares.
El momento más sublime sucedió cuando musulmanes y cristianos coptos rezaron juntos en la plaza Tahrir del Cairo, mientras cantaban: “¡Somos uno!”, a su vez ofreciendo la mejor respuesta a la violencia del sectarismo religioso. Los neoconservadores que critican el multiculturalismo para defender los valores universales de libertad y democracia tiene ahora que hacer frente al momento de la verdad: ¿quieren realmente libertad y democracia universales? Esto es lo que está pidiendo la gente en Egipto, así que, ¿qué es lo que pone nerviosos a los neoconservadores? ¿Será acaso el hecho que los manifestantes en Egipto gritan, en el mismo aliento, libertad y dignidad, y justicia social y económica?
Desde el principio, la violencia de los manifestantes ha sido puramente simbólica, un acto colectivo de desobediencia civil radical. Los manifestantes suspendieron la autoridad del estado, no se trataba tan solo de un liberación interior, sino de un acto social por el que se rompían las cadenas de la servidumbre. Fueron los matones a sueldo de Mubarak, quienes entraron en la plaza Tahrir a caballo y en camello, los encargados de la violencia física: la mayoría de manifestantes solo se defendió.
Si bien el mensaje de los manifestantes ha sido combativo, no ha sido una llamada a la sangre. La demanda era que Mubarak se fuera, y que se abriera así un espacio para la libertad en Egipto, una libertad de la que nadie debía ser excluido—la llamada de los manifestantes al ejercito, incluso a la odiada policía, no era “¡Muerte!” sino “¡Somos hermanos!¡Uniros a nosotros!”. Esta característica permite distinguir a una protesta emancipadora de la de la derecha populista: si bien la movilización de la derecha proclama la unidad orgánica del pueblo, tal unidad conlleva la llamada a aniquilar al designado enemigo (los judíos, los traidores).
¿En qué punto estamos ahora? Cuando un régimen autoritario se acerca a su crisis final, su disolución suele acontecer en dos etapas. Antes de su colapso, sucece una ruptura: de repente, la gente sabe que se ha terminado el juego, y ya no tienen miedo. No se trata tan solo de que el régimen pierda su legitimidad, sino de que su mismo ejercicio del poder se percibe como una impotente reacción de pánico. Todos conocemos la escena clásica de los dibujos animados: un gato llega al precipicio y sigue caminando, ignorando el hecho de que camina en el aire; solamente empieza a caer cuando mira hacia abajo y ve el abismo bajo sus pies. Cuando pierde su autoridad, el régimen es como un gato sobre el precipicio: tan solo hay que recordarle que mire hacia abajo para que caiga.
En El Sha o la desmesura del poder, la ya clásica narración de la revolución de Khomeini, Ryszard Kapuscinski localiza el preciso momento de esa ruptura: en un cruce de Teherán, un manifestante solitario se negó a apartarse cuando un policía le gritó que se moviera, y este último tuvo que retirarse, avergonzado. En escasas horas, todo Teherán conoció este incidente, y aunque la batallas callejeras duraron semanas, todo el mundo sabía, de alguna manera, que se había acabado el juego.
¿Está sucediendo algo parecido en Egipto? Durante un par de días al principio pareció que Mubarak se encontraba en la situación del gato de la escena. Entonces nos encontramos con una operación muy bien organizada para secuestrar la revolución. La obscenidad de todo ello quitaba el aliento: el nuevo vicepresidente, Omar Suleiman, quien fuera jefe de la antigua policía secreta y responsable de torturas masivas, se presentaba a sí mismo como el “rostro humano” del régimen, la persona que debía supervisar la transición a la democracia.
La lucha y la resistencia de Egipto no responden a visiones en conflicto, sino que muestran el conflicto entre una perspectiva de libertad y un aferrarse ciegamente al poder, por medio de todos los medios posibles-el terror, la falta de comida, el mero cansancio, el soborno de subir los sueldos- para aplastar la voluntad de libertad.
Cuando el presidente Obama celebró el levantamiento como la legítima expresión de opiniones que debían ser aceptadas por el gobierno, la confusión fue total: la multitud en Cairo y Alejandría no quería que el gobierno aceptara sus peticiones, sino que estaba negándole al gobierno cualquier legitimidad. No querían sentarse a negociar con Mubarak, querían que Mubarak se fuera. No querían solamente un gobierno nuevo que escuchara sus opiniones, querían reconfigurar el estado entero. No es que tengan una opinión, sino que encarnan la verdad de la situación en Egipto. Mubarak entendió esto mucho mejor que Obama: no había lugar para el acuerdo, de la misma manera que no lo había cuando se plantó cara a los regímenes comunistas a finales de los ochenta. O bien caía el edificio entero del poder de Mubarak, o bien la revolución sería desactivada y traicionada.
¿Y que hay del miedo a que un nuevo gobierno sea hostil hacia Israel tras la caída de Mubarak? Si el nuevo gobierno es la expresión genuina de un pueblo que disfruta con orgullo de su libertad, no hay nada que temer: el antisemitismo tan solo crece en condiciones de desesperanza y opresión. (Una información de la CNN desde una provincia egipcia mostró como el gobierno difundió el rumor de que los organizadores de las protestas y los periodistas extranjeros habían sido enviados por Israel para debilitar a Egipto-y eso que Mubarak es el amigo de los judíos).
Una de las más crueles ironías de la presente situación es la preocupación occidental para que la transición proceda de una manera “legal”-como si Egipto hubiera estado bajo el imperio de ley hasta ahora. ¿Acaso estamos olvidando que, durante largos años Egipto ha estado en un constante estado de emergencia? Mubarak suspendió el estado de derecho y mantuvo el país entero en un estado de inmovilidad política, sofocando cualquier actividad política genuina. Se puede entender que mucha gente en Cairo haya dicho estos días que se sentían vivos por primera vez. Sea lo que sea lo que suceda a partir de ahora, lo crucial debiera ser que esta sensación de “sentirse vivo” no sea enterrada por el cinismo de la realpolitik.
Traducción de Xavier Ortells