domingo, 12 de diciembre de 2010

Aprueban gobiernos pacto de Cancún contra Cambio Climático

Dpa y Notimex

La Jornada

Cancún, Qroo. En la última jornada de actividades en Cancún, la 16 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático aprobó durante la madrugada un modesto plan para combatir este problema, que incluye establecer un nuevo fondo para ayudar a naciones pobres. Bolivia rechazó el acuerdo y anunció que impugnará las decisiones por adoptarse sin consenso.

Los documentos aprobados contienen diferentes avances en materias de adaptación, tecnología y financiamiento. Reafirman la meta de recaudar 100 mil millones de dólares en ayuda para el 2020 e incluye medidas para proteger las selvas, así como nuevas vías para compartir tecnologías de energía limpia, pero deja pendiente otros asuntos fundamentales.

Desde el primer momento, los asistentes a la cumbre de Cancún no esperaban un acuerdo firme. Lo que se había propuesto era consensuar una serie de puntos y un calendario que desembocarían en un acuerdo en la cumbre del próximo año en la localidad sudafricana de Durban.

La vinculación legal del documento a aprobar, uno de los puntos más polémicos, sigue en el aire, pero entre tanto se acordó:

La meta de los dos grados. En el preámbulo, 193 estados se comprometen a que el calentamiento de la tierra sea como máximo de dos grados. El documento se remite expresamente al reciente informe del Consejo Mundial del Clima IPCC. Además, se analizará si es necesario rebajar la meta a 1.5 grados.

Vías de lucha: La Conferencia de Cancún negoció dos vías de forma paralela. Así se llegó al calendario para poder prolongar el Protocolo de Kyoto y a un acuerdo que contempla los objetivos climáticos de Estados Undos y los países en vías de desarrollo. Esto era necesario sobre todo porque Estados Unidos se negaba a seguir el camino de Kyoto con los objetivos climáticos internacionalmente vinculantes. No obstante, ninguno de los dos documentos es legalmente vinculante.

Objetivos climáticos: Los países industrializados que suscribieron Kyoto así como Estados Unidos fijarán en una lista sus objetivos nacionales de reducción de gases de efecto invernadero. Los países en vías de desarrollo los reducirán teniendo en cuenta su crecimiento económico y en base a compromisos voluntarios, que estarán fijados en una segunda lista. Así, los objetivos climáticos han quedado estancados en el proceso de negociación de Naciones Unidas y la cuestión de la vinculación legal sigue abierta.

Los gases de efecto invernadero: Según las estimaciones de los expertos, las metas propuestas hasta la fecha no son suficientes para lograr el objetivo de que el calentamiento no ascienda más de dos grados. Lo acordado tan sólo supondría alrededor del 60 por ciento de esa meta. El acuerdo insta a los países a que rellenen ese hueco.

Protección de bosques: La destrucción de bosques contribuye a más de un 15 por ciento del efecto invernadero. Desde hace años los diplomáticos trabajan en un acuerdo para los bosques, pero en Cancún no se pudo concretar. Queda pendiente de definir si la protección de los bosques quedará en manos públicas o si se hace con dinero de la industria, que entonces no tendría que reducir tanto sus emisiones de gases nocivos.

El acuerdo considera los bosques a nivel nacional y solo en casos excepcionales a nivel particular. Esta última consideración acarrea el peligro que un bosque esté protegido y el de al lado sea deforestado. Se prevé que los derechos de los pueblos nativos en los bosques queden contemplados. El punto principal será la protección y no la reforestación.

Ayudas a largo plazo para países en desarrollo: Se prevé la creación de un Fondo Verde para luchar contra el calentamiento global con la ayuda del Banco Mundial. Las naciones industrializadas realizarán allí sus aportaciones a los países en vías de desarrollo para que se puedan adaptar a las consecuencias del cambio climático y vayan desarrollando su economía de forma ecológica. Los fondos contribuirán a una meta de Copenhague: Allí las naciones industrializadas acordaron (aunque sin vinculación legal) aportar anualmente 100 mil millones de dólares (unos 75 mil millones de euros) a partir de 2020.

Ayudas a corto plazo: Uno de los resultados concretos de Copenhague fue que los países industrializados iban a aportar 30 mil millones de dólares (23 mil millones de euros) para el periodo 2010-2012. En Cancún la Unión Europea presentó ya los primeros proyectos. La organización Oxfam criticó que gran parte del dinero ya hubiese sido comprometido en la lucha contra la extinción de especies o en la ayuda al desarrollo. El documento final de Cancún insta a los países industrializados a ser más transparentes en este punto.

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