domingo, 31 de enero de 2010

FRACASO DE LA IGUALDAD, FRACASO DE LA DIFERENCIA


por : Andrea D’Atri
1 de septiembre de 2004
Ya hace más de un año que cesó la guerra de Irak. Pero se trata de una formalidad, ya que cada día se suceden los asesinatos, los combates, los prisioneros torturados... La guerra comenzó cuando se celebraba el Día de la Madre en el mundo árabe. Y las primeras víctimas de los bombardeos tenían rostro de mujer: una adolescente de 14 años, herida en las piernas y el abdomen mientras desayunaba en su casa. También su hermana y su sobrina de apenas un año, heridas mientras la primera amamantaba a su pequeña hija. [1]
El grito de “NO a la guerra” se oyó en todos los continentes. Distintos grupos y coaliciones feministas participaron de estas movilizaciones. Muchas de estas voces denunciaban a la violencia como una conducta de exclusividad masculina, a los conflictos bélicos como privativos de los varones patriarcales y postulaban a las mujeres como constructoras de paz y portadoras naturales de una ética del amor y el cuidado.
Pero en el transcurso de la guerra asistimos a una cruenta realidad en la que las mujeres no éramos solamente víctimas. Recientemente, las fotos y videos que muestran a soldadas norteamericanas practicando abusos sexuales, torturas y vejaciones a prisioneros iraquíes recorrieron el mundo. Las voces feministas callaron sobre estos hechos o se limitaron a aclarar que esas mujeres tenían conductas patriarcales. [2] ¿Tan sencillo? En realidad, el feminismo -tanto de la igualdad como de la diferencia- no puede explicar el por qué de las guerras, ni tampoco es suficiente para pensar una política que enfrente al imperialismo, cuyo dominio siembra terror y muerte.

I. Las mujeres, doblemente victimizadas

“Qué frío está, con el cañón de acero que me anula el corazón. No sé si van a dispararlo o a clavármelo más adentro hasta atravesar mi cerebro que da vueltas como un trompo. Seis de ellos, médicos monstruosos con máscaras negras que también me penetran con botellas. Y con varas y el palo de una escoba.” Eve Ensler [3]
Durante la guerra entre Irak e Irán (1980-1988), en la que EE.UU. armó a Saddam Hussein contra el gobierno iraní, miles de hombres perdieron la vida y la sociedad se empobreció. En esos años, aumentó la cantidad de hogares sostenidos por mujeres solas y, a fuerza de muerte y dolor, las iraquíes se incorporaron masivamente a la producción y la administración estatal.
Con la Guerra del Golfo de 1991, desatada por Bush padre contra su antiguo aliado, se revirtió esta tendencia. Como consecuencia de la guerra, con el empobrecimiento y retroceso general de la sociedad iraquí, aumentó el desempleo y la miseria de la población. Las mujeres perdieron sus puestos de trabajo ya sea por el cierre y la destrucción de empresas industriales, como por el deterioro en que quedaron las instalaciones sanitarias, educativas, etc.
En ese conflicto, los norteamericanos arrojaron bombas de uranio empobrecido que causaron cáncer y otras enfermedades a miles de iraquíes. Además, la imposición de las sanciones establecidas por la ONU a la salida del conflicto armado, afectaron a la población civil aún más que la misma guerra. Los datos son contundentes: “en poco más de una década se ha pasado de una tasa de escolarización del 94% al 69%; la mortalidad materna se ha multiplicado por 5 y el acceso al agua potable cayó del 92% al 44%. Los cortes de luz son diarios y en la capital, Bagdad, hay unos 50.000 hogares sin suministro eléctrico.” [4]
Muchos niños y niñas de zonas rurales debieron abandonar la escuela por falta de instalaciones. Más de 100.000 adolescentes y jóvenes abandonaron la educación cada año, para ayudar a la economía familiar, especialmente las jóvenes de medios rurales. Según los mismos datos de la ONU, el deterioro incluía la falta de insumos básicos tales como lápices, papel, pizarras, etc. Incluso, el mismo organismo denuncia que un mismo pupitre debía ser compartido hasta por cuatro niños y que la mayoría de las escuelas carecía de botiquín de primeros auxilios.
La escasez de medicamentos, instrumental e instalaciones sanitarias obligaron a que sólo se hicieran operaciones de urgencia y que muchas cesáreas se realizaran con un mínimo de anestesia. No había medicamentos para quienes padecían enfermedades crónicas como diabetes, reuma o presión alta. Aumentó el número de abortos espontáneos, partos prematuros y niños nacidos muertos o con bajísimo peso, producto de la tensión psíquica y social, el bajísimo nivel de calidad de vida, la falta de atención adecuada y las dificultades para acceder a centros de salud. Alteraciones en el período menstrual, pérdida de cabello, problemas de piel, insomnio y pérdida de peso, son los principales padecimientos de las mujeres.
En esta segunda guerra, cuando las bombas de Bush hijo volvieron a caer sobre el territorio iraquí, muchas mujeres se encontraban sosteniendo sus hogares con la venta de pan casero, verduras o pidiendo limosna en las calles. [5]
Actualmente, siguen siendo habituales las redadas y las detenciones masivas, mientras decenas de miles de iraquíes han pasado o siguen detenidos y detenidas en doce centros carcelarios, bajo las órdenes de tropas de la coalición imperialista. El Centro del Observatorio de la Ocupación en Bagdad, una organización no gubernamental que actúa en la región, y algunos medios de prensa árabes publicaron -varios meses antes de que surgiera el escándalo de las fotografías de Abu Ghraib- , algunos testimonios de mujeres que estuvieron detenidas en esas cárceles.
Una de esas mujeres testificó que la pusieron en una habitación cuya única ventana estaba tapiada con ladrillos y la puerta con placas metálicas. “Intenté ubicarme en la habitación a través de mis manos. Había camas metálicas con mantas. Me senté en una de ellas. Escuché algo en la habitación, estaba aterrorizada, pensé que sería un culebra. Algo arañó los dedos de mi pie y me hizo daño. Me di cuenta de que era una rata. Sacudí mi pie y me senté con las piernas cruzadas sobre la cama. (...). Empecé a recitar versos del Corán. Estaba preocupada por mi madre que es paralítica y por mis hermanas. (...). Busqué por el suelo algo para poner en la cama. Hacía demasiado calor para sentarse en la cama de hierro. Encontré un trozo de cartón. Lo extendí y lo puse en la cama. (...). Intenté descubrir qué eran esos ruidos y me di cuenta que había una caja llena de basura, de restos de comida y de cartones de zumo vacíos. Había ratas hurgando en ella. Una me mordió.” [6]
El testimonio de otra mujer relata cómo fueron sus días de prisión en Bagdad: “Había 56 mujeres. Las habitaciones daban a un corredor abierto. Hacía mucho frío. Las corrientes lo empeoraban. Había ventanas cerca del techo pero no había cristales en ellas. Las enfermedades nos atenazaban: infecciones de estómago, colon, diarrea, catarros e infecciones de oídos. Teníamos que lavarnos con agua fría, no había agua caliente. (...). Cortaron el agua después de un tiempo. (...). Una presa fue violada 17 veces por un policía iraquí y con conocimiento de los estadounidenses. No se encontraba bien, se quedó en silencio y no hacia más que vomitar todo el rato. Se la llevaron y no supimos nada más de ella.” [7]
Un testimonio más hacía referencia a las torturas padecidas por estas mujeres: “Me obligaron a remover un cubo lleno de excrementos humanos y petróleo. Tuve que seguir removiéndolo con fuego prendido hasta que se consumió. Sufrí una alergia debido a eso; no pude comer durante mucho tiempo. Ahora, cuando recuerdo me pongo enferma y me entran ganas de vomitar. Estuve maniatada durante 27 días. ¿Qué más queréis que os diga?” [8]
A una mujer, cuyo marido estaba detenido, la llevaron frente a él, que se encontraba atado. Un marine norteamericano obligaba al hombre a mirar a su esposa, mientras otros guardias la violaban reiteradamente. Su hermana, cuando fue liberada, la ayudó para que pudiera ejecutar su propia decisión de suicidarse. No fue la única. En lo que va de la guerra, son muchas las mujeres que se suicidaron. A otras las asesinaron sus propias familias por no poder soportar la humillación.
La guerra es, para las mujeres, la más horrible de las barbaries: niñas huérfanas, que deben cuidar de sus hermanos y hermanas, mujeres sin sustento en ciudades devastadas, jóvenes violadas por el enemigo y repudiadas por sus propias familias, ancianas perdidas y abandonadas. Contagiadas con HIV-Sida, embarazadas por la fuerza, obligadas a prostituirse a cambio de alimento, torturadas, mutiladas, usadas como escudos humanos. Ese es el destino de las mujeres en todas las guerras. Como un golpe durísimo en la cara, infinitamente duro. Como una violación eterna. Como las humillaciones de todos los días, pero enormemente más insoportables.
Una refugiada de Etiopía relataba, hace casi una década, a Amnistía Internacional: “Éramos cuatro: mis dos hijos -de cuatro y dos años de edad-, el guía y yo. Yo estaba encinta de cinco meses. En el camino nos pararon dos hombres que nos preguntaron a dónde nos dirigíamos. Cuando se lo dijimos, uno me llevó aparte y me dijo: “¡Sin sexo no hay paso!” (...) me tiró al suelo, me dio un puntapié en el estómago y me violó en presencia de mis hijos. Él sabía que yo estaba encinta, pero no le importó en absoluto.” [9] Otra, sobreviviente de Ruanda, declaró: “En febrero de 1994, en la casa de mis padres, siete hombres violaron a una viuda que se hospedaba con la familia. Uno de los hombres dijo: ‘por lo menos uno de nosotros tiene Sida.’ La viuda murió, un mes después, de esa enfermedad.” [10]

Según el ACNUR, organismo de la ONU para los refugiados, el 80% de los 50 millones de personas desplazadas debido a las guerras son mujeres. Si cruzan las fronteras, asumen la categoría de refugiadas, pero si quedan desplazadas en su propio país, no tienen nada ni hay mecanismos legales para ayudarlas y son víctimas de abuso. “’Si una mujer o niña se rehusa (a favores sexuales), cuando llega la comida o las medicinas, su nombre no está en la lista’, relató una mujer de Sierra Leona. ‘Si no tienes una hermana, hija o mujer que ofrecer a los voluntarios es difícil tener ayuda’, relató un hombre.” [11]
En Bosnia, 200.000 mujeres fueron violadas por el ejército serbio como política de “limpieza étnica”. En todas las guerras, las bases militares están rodeadas de burdeles, prostíbulos, clubes nocturnos. Actualmente, ha impactado la noticia de que las “democráticas” fuerzas de la OTAN y la ONU desplegadas en Kosovo manejan una red de prostitución de mujeres y niñas. La denuncia de Amnesty International exhorta a la Unión Europea a brindar más apoyo legal y financiero a la lucha contra el tráfico de mujeres en Kosovo donde las fuerzas internacionales de paz aportan clientes a los proxenetas. [12]
Para las mujeres, el horror de la guerra es diferente que para los varones: reciben raciones menores de comida, se les niega la asistencia médica y muchas veces son despojadas de sus bienes. Si no mueren en el instante de los bombardeos, mueren lentamente después de sufrir todo tipo de vejámenes y abusos. O sobreviven intentando reconstruir una vida que jamás volverá a ser la misma.

II. Igualdad de oportunidades para bombardear y torturar

“Praxágora - Diré que es preciso que todos los bienes sean comunes, que todos los ciudadanos participen por igual de todos ellos y vivan a expensas del mismo fondo; y no que ése sea rico y aquél pobre; así como tampoco que uno cultive un campo inmenso y otro no tenga donde caerse muerto; que éste tenga a su servicio numerosos esclavos y aquel otro ni un criado. En fin, establezco una manera de vivir común a todos y para todos la misma.
Blépiro - ¿Cómo será pues común a todos?
Praxágora - Tu comerás mierda antes que yo.
Blépiro - ¿Tendremos también nuestra parte de mierda?”
Aristófanes [13]

La novedad de esta guerra no es el número de víctimas, ni los sufrimientos que padecen las mujeres iraquíes como consecuencia del ataque imperialista. Lo que ha despertado un gran debate porque se presenta como un hecho novedoso es la presencia de mujeres entre las tropas de la coalición.
Uno de cada diez soldados que invadieron Irak es una mujer. De esas mujeres, una de cada 7 está entrenada para cualquier acción bélica. Entre los marines, son el 7%. Y fueron 300 mujeres, las pilotas de guerra que realizaron misiones de abastecimiento y apoyo a sus tropas. Pocos meses antes de desembarcar en Irak, fue en el ataque perpetrado contra Afganistán que EE.UU. estrenó la primera mujer piloto que lanzó bombas desde su nave y los primeros aviones de abastecimiento y apoyo totalmente tripulados por mujeres.
De los siete soldados norteamericanos que ahora están acusados por abusos y torturas en Abu Ghraib, tres son mujeres: se trata de la guardia de seguridad Megan Ambuhl, la soldado Lynndie England y la guardia de seguridad Sabrina Harman. Incluso la prisión estaba dirigida por una mujer, la Generala Janis Karpinski. El oficial de mayor rango de la inteligencia norteamericana en Irak, que era responsable de supervisar el estado de los detenidos antes de su liberación, era la Comandante en Jefe Barbara Fast. Y el Consejo de Seguridad Nacional de los EE.UU., uno de los organismos responsables en la declaración de la guerra contra Irak, es Condoleezza Rice. Éstas son las otras mujeres de esta guerra.
Si bien no es la primera vez que las mujeres actúan en las guerras, sí es cierto que en esta ocasión ha aumentado la proporción de mujeres en los ejércitos de todos los países de la coalición y, además, su participación no ha quedado limitada a tareas de retaguardia como en conflictos anteriores: las mujeres pilotearon, arrojaron bombas y hasta torturaron en “igualdad” con los varones.
Después de la guerra de Vietnam, cuando el gobierno de EE.UU. se vio obligado a eliminar el servicio militar obligatorio por el descrédito de esta institución frente a las masas, se inició este incremento de la participación de las mujeres en el ejército. Con la política de “All Volunteer Force”, el porcentaje de varones que se inscribían en las fuerzas armadas como voluntarios descendió en proporción al de las mujeres, que comenzó a crecer vertiginosamente.
Durante la primera Guerra del Golfo, encabezada por Bush padre, las mujeres constituían el 11% de las fuerzas desplegadas en la región. Sus tareas se limitaban a responsabilidades de bajo riesgo y no tenían ninguna participación directa en combates. Finalizada la guerra, el entonces presidente de los EE.UU. creó una comisión de especialistas encargada de analizar si las mujeres debían participar en combates. Finalmente, en 1994, se eliminaron todas las restricciones para las mujeres en las fuerzas armadas y el secretario de defensa norteamericano permitió la incorporación de las mujeres en todas las áreas. Desde ese momento, se crearon 260.000 nuevos puestos para las mujeres.
Esto no ocurre sólo en los EE.UU. En España, hace dos años, un tren recorrió el territorio publicitando las ventajas de pertenecer al ejército, apelando a las características de modernidad e igualdad de género que tendrían las fuerzas militares de ese país. En Gran Bretaña, el secretario de defensa acusó a los militares que no quieren la incorporación de mujeres en el ejército, de “no permitir la modernización y la democratización de las fuerzas armadas”. [14]
Hoy, la guerra de Irak quedará asociada en la memoria de las masas de todo el planeta, con las fotos de las torturas perpetradas en Abu Ghraib. Sin embargo, la pretensión de los EE.UU. fue la de crear, por primera vez, una imagen de heroísmo transmitida por todos los medios de comunicación, encarnada en la figura de una mujer soldado. Aunque más tarde se develó que se trató de una operación absolutamente ficticia, recreada exclusivamente para la propaganda, el caso de Jessica Lynch, supuestamente rescatada de un hospital de Nasiriya ocupó las primeras planas de los diarios internacionales durante algunos días.
Su caso provocó, mientras duró la mentira, un intenso y generalizado debate acerca de la pertinencia o no de la participación de las mujeres en el ejército. “¿Deben las mujeres pelear en las guerras?”, fue la pregunta que circuló entre feministas y especialistas militares de todo el mundo.
Defensoras de la igualdad de oportunidades para las mujeres en el ejército temieron que la imagen de la joven Jessica -supuestamente violada por soldados iraquíes, con sus piernas quebradas y abandonada en un hospital- confirmara las convicciones de un sector de políticos y militares, de que las mujeres no debían participar de las operaciones de riesgo. “Esto es horrible, pero pienso que los estadounidenses están asustados por cualquiera que sea prisionero de guerra, no sólo por las mujeres. Pero no creo que estos hechos nos hagan dar vuelta atrás.”, señalaba la capitana retirada Lory Manning, directora de Mujeres Militares, un proyecto del Women’s Research and Education Institute. [15] Mientras tanto, una de las integrantes de la comisión gubernamental que estudió la incorporación de las mujeres a las fuerzas armadas durante la presidencia de Bush padre, señaló: “Creo que las mujeres están preparadas, pero no lo suficiente.” [16] Para esta especialista, Elaine Donnelly, “las mujeres, por razones psicológicas, no están en igualdad de oportunidades para sobrevivir o ayudar a sus compañeros soldados heridos.” [17]
Nancy Duff Campbell, del Centro Nacional de Leyes para la Mujer señaló que “el país aceptó que las mujeres podían ser capturadas, torturadas y que podían morir por su país. Se ha dado una transformación significativa, no únicamente en cuanto al número de posiciones que se han abierto, sino en el nivel de aceptación e incluso en el orgullo del país por el papel de las mujeres en el ejército.” [18]
Linda Burnham, directora del Centro de Apoyo a las Mujeres de Color en Oakland, California, señalaba en un artículo reciente que la soldado England, que apareció retratada en las fotos de abusos y torturas a prisioneros iraquíes “es la segunda chica de portada de la historia por entregas iraquí sobre la integración sexual de los militares estadounidenses. Jessica Lynch fue la primera. Dos chicas jóvenes, de clase trabajadora, provincianas y ansiosas por salir de las limitaciones del lugar y su entorno. Escapar, escaparon, hacia los brazos acogedores de una institución que utilizó a una para reagrupar a la nación en torno a un relato sobre la valiente mujer en peligro, rescatada de las oscuras hordas salvajes. Y que utilizará a la otra como cabeza de turco para aplacar las angustias de una nación con problemas.” [19]
Los peligros que corren las mujeres en el ejército, sin embargo, no se reducen sólo a los riesgos del combate. Dos terceras partes de las mujeres soldados debieron soportar acosos sexuales, incluyendo abusos y violaciones, de parte de sus “compañeros de armas”. [20] Las denuncias de quienes fueron violadas incluyen descripciones sobre la falta de atención médica y psicológica adecuada, la insuficiencia de investigaciones y las amenazas de castigos por denunciar las agresiones de las que fueron víctimas. [21] En el 2001 se contabilizaron más de 18.000 casos de violencia. La tasa de abusos es entre tres y cinco veces mayor que entre la población civil. Un 30% de las veteranas denunciaron una violación o intento de violación durante su servicio activo.

III. El feminismo, la guerra y la paz

“Es esencial que nos demos cuenta de esa unidad que los cadáveres y las casas derruidas demuestran. Y así es porque ésta será nuestra ruina si usted, en la inmensidad de sus abstracciones públicas, olvida la figura privada, o si nosotras, en la intensidad de nuestras emociones privadas, olvidamos el mundo público. Ambas casas quedarán derruidas, la pública y la privada, la material y la espiritual, por cuanto están inseparablemente relacionadas.” Virginia Woolf [22]
Arrogancia imperial, depravación sexual e igualdad de género. Con esos términos calificó la feminista norteamericana Barbara Ehrenreich las fotos de Abu Ghraib. Barbara forma parte de la mayoría de las feministas norteamericanas que apoyaron la igualdad de oportunidades de las mujeres en el ejército “porque sabía que las mujeres podían luchar” [23]; sin embargo, después de Irak -y particularmente después de Abu Ghraib- para esta mujer murió un “cierto tipo de feminismo ingenuo” que, según define, “veía a los hombres como los eternos autores de los delitos, a las mujeres como las eternas víctimas y la violencia sexual de los hombres contra las mujeres, como la raíz de toda injusticia.” [24]
Muchas feministas radicalizadas en los ’70, como Barbara, entendieron luego que la democracia era el régimen político que permitiría reducir la brecha de la pobreza, del acceso a la educación, de la participación política que afecta particularmente a las mujeres. Creyeron, entonces, que la democracia era el espacio privilegiado que las mujeres debían utilizar en su lucha por la igualdad. Mientras la perspectiva más general del movimiento feminista de los ’70 había sido anti-institucional, los ’80 y ’90 reconciliaron al feminismo con las instituciones como la universidad, los partidos políticos y el Estado.
Del Mayo Francés y las movilizaciones contra la guerra en Vietnam, el mundo vivió más tarde el ensayo general del llamado “neoliberalismo” con Ronald Reagan y Margareth Thatcher (¡una mujer patriarcal!) a un lado y otro del Atlántico. El desvío de la revolución en los países centrales fortaleció los regímenes democráticos, no sin cierto apoyo de líderes y amplios sectores de movimientos antes contestatarios que se incorporaron a las instituciones con el objetivo de “democratizarlas”. Lo que pretendió mostrarse como una victoria no fue más que la derrota de aquella insurgencia del ’68, puntapié inicial de lo que luego fue uno de los períodos más infames para las clases trabajadoras y las masas en todo el mundo. La contraofensiva económica, política y militar que el imperialismo lanzó en los ’80, mostró los verdaderos límites de los cuestionamientos al sistema, anteriores.
La búsqueda de igualdad sin un cuestionamiento profundo del sistema que sostiene la desigualdad más extrema, había derivado en una cooptación del movimiento feminista. La tecnocracia de género que permitió una lavada de cara a las instituciones garantes de los planes neoliberales, como los organismos multilaterales de crédito, los gobiernos y otros organismos internacionales, se alimentó con miles de feministas cuyo conocimiento específico, trayectoria política en la reivindicación de los derechos de las mujeres, etc, les permitieron obtener cierto prestigio.
La cooptación tuvo políticas, nombres propios y, también, cifras: en sólo veinte años (los que van desde 1970 a 1990) el dinero destinado a las organizaciones no gubernamentales se incrementó en más de un 500%. Según estadísticas de 1992, el aporte estatal y privado a las organizaciones no gubernamentales en todo el mundo rondó los 10.000 millones de dólares.
El feminismo de la igualdad transformado en integración al régimen y al Estado acabó siendo una versión senil y farsante de aquel feminismo igualitario de principios de siglo que proclamaba que “la paz mundial, la armonía social y el bienestar de la humanidad solamente existirán cuando las mujeres consigan el voto y puedan ayudar a los hombres a hacer las leyes.” [25] Antes de que se iniciara la Primera Guerra Mundial, el feminismo había tendido lazos internacionales entre distintas organizaciones y proclamaba la defensa de la paz; algo que duró hasta que verdaderamente se inició la guerra, momento en el que la mayoría de las organizaciones feministas se plegaron a los dictámenes de sus respectivos gobiernos nacionales. Es que la guerra, como señalara Trotsky, siempre exige la “paz civil”, e importantes representantes del movimiento feminista acallaron los reclamos contra sus propios gobiernos, para someterse a sus designios belicistas.
“Mientras dure la guerra, las mujeres del enemigo también serán el enemigo”, señaló una feminista francesa; mientras la feminista británica Emmeline Pankhurst cambiaba el nombre de su periódico La Sufragette por el más sugestivo de La Brittannia, cuyo lema pasó a ser “por el Rey, por el país, por la libertad.”

Pero nadie sacó las lecciones obligadas de estas experiencias históricas. Incluso hoy hay quienes sostienen, olvidando una parte de la historia, que “a lo largo de toda la historia del movimiento político conocido como feminismo, uno de sus rasgos constantes ha sido la manifestación contra la guerra.” [26]
Tan es así, que en los ’80, mientras en los países centrales se obtenía una mayor participación de las mujeres en puestos directivos, en cargos gubernamentales, en lugares políticos de decisión, etc., las feministas consideraban a las guerras, las dictaduras y las masacres implementadas, sostenidas y auspiciadas por sus propios gobiernos como “errores” a corregir, como excepciones a evitar, decisiones que debían ser criticadas y a las que debían oponerse. Sin embargo, nadie advirtió que una y otra cosa estaban indisolublemente ligadas: los derechos democráticos o, mejor dicho, las mismas amplísimas y duraderas democracias imperialistas sólo podían sostenerse con la expoliación de los países semicoloniales (¡como el nuestro, como Irak!).
A luz vista, suena ridículo escuchar, actualmente, a algunas feministas decir que “el aumento de la capacidad de influencia política de las mujeres en una sociedad parece correlacionarse positivamente con un incremento de valor de la vida”. [27] ¡Hay pocos países donde las mujeres han alcanzado incluso el derecho igualitario a arrojar bombas sobre países semicoloniales, igual que sus pares varones!
El feminismo de la igualdad pretendió conseguir la igualdad para las mujeres con respecto a los varones en un sistema donde tampoco los varones son iguales entre sí. ¿Iguales en qué y a quién? ¿derecho a ser igual que Bush y Tony Blair o a ser igual que los varones presos y torturados en Abu Ghraib? ¿derecho a poseer y administrar los bienes del emporio Halliburton o a vender la propia fuerza de trabajo para operar sus pozos petroleros a cambio de un mísero salario? El planteo, en sí mismo, parece una abstracción demasiado escandalosa en un mundo donde las desigualdades son esenciales a su funcionamiento.
La lógica capitalista se impone por sobre el fetichismo de la democracia plural. O dicho en otros términos, la democracia burguesa es la mejor envoltura de la dictadura del capital. Derechos para las mujeres, para algunas mujeres. Derechos formales sostenidos en la más profunda falta de derechos para millones de mujeres y varones explotados, humillados y masacrados en las fábricas, las maquilas, los pueblos oprimidos que constituyen la enorme mayoría del planeta.
Pero hay otra manera de explicar esta integración y cooptación de las mujeres: “... las mujeres que acceden al poder de decidir, aunque no sucede siempre, son en mayor medida aquellas que han hecho propio el paradigma dominante, que han asumido las formas de hacer política en las que están profundamente imbuidos unos criterios de valor que son los que generalmente conducen al recurso a la fuerza, a la violencia.” [28]
Algunos derechos se han obtenido ¿pero a qué costo? Mientras las feministas de la igualdad promovieron su inclusión en lugares de poder como emponderamiento para el conjunto de las mujeres, otras feministas denostaron su cooptación acusando a esas mujeres de asumir los valores patriarcales propios del sistema que las oprime a todas. Como señala Ximena Bedregal, el derecho de las mujeres a incorporarse a los ejércitos es “sólo parte del derecho de las mujeres a estar donde quieran. Para otras feministas que quisiéramos que se erradiquen los ejércitos y las armas del mundo y de la cultura, la creciente participación de las mujeres en las fuerzas armadas del planeta es un triunfo más de la masculinidad patriarcal sobre nuestras conciencias, deseos y perspectivas, un borrón de la potencialidad de nuestra propia historia de otredades.” [29]
Pero aquí se presenta otro dilema: ¿qué son nuestras conciencias, deseos y perspectivas? “Nuestras” ¿a qué sujeto “nosotras” remite? ¿Quiénes somos las “nosotras” cuyas conciencias, deseos y perspectivas fueron borrados por la masculinidad patriarcal?
Para las feministas de la diferencia, las mujeres tendrían una vocación esencial por la paz, asociada a un supuestamente natural amor a la naturaleza y la vida. Mientras el carácter masculino sería inherentemente agresivo, las mujeres seríamos conciliadoras y prestas a la mediación pacífica. El cambio propuesto por las mujeres sería un cambio cultural profundo, el que impediría las guerras y las devastaciones de la naturaleza que hoy el poder masculino lleva adelante.
Frente a la crisis evidente del feminismo de la igualdad, el feminismo de la diferencia sostiene la necesidad de no incorporarse a un mundo hecho a imagen y semejanza de los varones. La contracultura que encabezarían las mujeres debe comenzar por cambiar la propia vida, huyendo entonces de lo público y la acción política, para recluirse en las relaciones personales y la creación de nuevos valores subjetivos.

Esta nueva conceptualización del feminismo no estuvo exenta de fuertes críticas. “No es llamativo que durante este período de guerra y política reaccionaria, un movimiento conservador, que se autodenomina ‘feminista’ esté ganando impulso. La mayoría de las que son activas en esta ola, parecen estar interesadas, en primer lugar, en sus creencias y en sus relaciones personales, dejando de lado el análisis político y la acción. Esta reacción masiva en el movimiento feminista prácticamente ha reducido al feminismo a un estilo de vida y a un ‘crecimiento personal’, desprovisto de un análisis político, de una agenda y de repercusión.” [30]
Si sus inicios críticos, enfrentando la cooptación del feminismo de la igualdad, fueron justificados, las consecuencias teóricas y prácticas que se derivaron de esta crítica replegaron al movimiento feminista, desintegrándolo y quitándole todo filo subversivo. El movimiento se fragmentó en miles de grupos, centros y organizaciones no gubernamentales que reemplazaron la acción política por la ayuda, la beneficencia y los programas asistenciales. Para algunas voces críticas, esto significa nada menos que el reemplazo de la conciencia social por la búsqueda de beneficios personales, mientras lo que se ha perdido es “el ímpetu por una transformación radical de la sociedad por medio de una lucha social y conciente.” [31]
Las feministas de la diferencia se oponen a las de la igualdad, pero evitando responder al dilema que plantea un sistema cuyo dominio de conciencias, deseos y perspectivas se basa, esencialmente, en la expropiación de los medios de producción por una minoría parásita, la explotación de la fuerza de trabajo de los miles de millones restantes, el poder del aparato del Estado creando consenso a través de sus instituciones y, en última instancia, la coerción que esa minoría puede ejercer sobre la mayoría por contar nada menos que con el monopolio de las armas.

IV. Una vez más, “¿sexo contra sexo o clase contra clase?” [32]

“La lucha contra la guerra solamente adquirirá un carácter realmente amplio, de masas, si participan en ella las trabajadoras y las campesinas. (...). despertarlas, ganarse su confianza, mostrarles el camino verdadero, significa movilizar contra el imperialismo la pasión revolucionaria del sector más aplastado de la humanidad.” León Trotsky [33]
La experiencia de la guerra de Irak, con sus soldadas torturadoras de prisioneros, sus capitanas y sus secretarias de Estado dispuestas a asesinar a miles de mujeres y varones, niñas y niños, mientras otros millones de mujeres se movilizaban en todas las ciudades del mundo contra el flagelo de la guerra y otras miles se alistaban en organizaciones no gubernamentales para marchar como brigadistas, médicas y enfermeras a los territorios de la contienda, muestra una realidad que es mucho más compleja que un simple enfrentamiento entre mujeres dadoras de vida, por un lado, y varones patriarcales imbuidos de belicismo, por el otro.
El feminismo de la igualdad fracasa y se lamenta frente a las sangrientas consecuencias que ha tenido su prédica de la inclusión y la equidad de las mujeres para tener la oportunidad de acceder a todos los lugares en los que (algunos) varones han ejercido el poder durante siglos.
Su “ingenuidad” murió con Abu Ghraib, decía Barbara Ehreinreich. Demasiado tarde, decimos quienes venimos sufriendo al imperialismo en sus guerras, sus golpes militares y su guerra económica permanente contra las masas de nuestros pueblos oprimidos. Demasiado tarde para quienes sufrimos las consecuencias de los planes de hambre que imponen las instituciones multilaterales que, en sus oficinas cuentan con departamentos especializados en “mujer y desarrollo” e, inclusive, no dudan en tener mujeres de altísima calificación profesional entre sus directivos (aquí, en Argentina, tenemos muy presente a Anne Krueger). Demasiado tarde para las madres de los jóvenes argentinos muertos en la guerra de Malvinas, contra las tropas imperialistas británicas enviadas por la primera ministro Margareth Thatcher. Demasiado tarde para quienes sobrevivimos, en este país, a la década menemista que produjo el mayor índice de desempleo de la mano de encumbradas mujeres de la política como la actualmente presidiaria, María Julia Alsogaray, acusada de corrupción.
Frente a esos ejemplos, parecerían tener razón las feministas de la diferencia. ¿Es que se trataría de mujeres que adoptaron la ideología patriarcal?
Pero si en verdad existe un continuum entre la violencia doméstica y la violencia pública de los conflictos bélicos; si, como dicen algunas feministas “las mismas actitudes y valores que subyacen en la violencia contra las mujeres son las que dan lugar al estallido de la violencia de guerra” [34] y es necesario imponer nuestra “supuesta cultura” de la paz y de la vida para cambiar este trágico mundo en el que vivimos ¿cómo hacerlo? La tarea de inculcar una contracultura a toda la humanidad es, francamente, utópica. ¿Cómo se “convence” al opresor para que deje de serlo? Máxime aún, si se tiene en cuenta que no sólo los varones serían opositores a esta cultura de no violencia, amor y cuidados, sino también algunas mujeres que “han hecho propio el paradigma dominante.”
Es que la guerra, como parte del sistema mismo en el que vivimos, se explica -fundamentalmente- por su carácter de clase. Olvidar esta categoría en el análisis de una guerra conduce a no poder comprenderla en toda su expresión y, por lo tanto, a no poder formular una política tendiente a su enfrentamiento y a su eliminación.
Al iniciarse la Primera Guerra Mundial, los socialistas se mostraban dispuestos a convocar a una huelga general en los países beligerantes, para impedir el inicio de la contienda. La socialdemocracia traicionó estos principios revolucionarios. La gran mayoría de los diputados que poseía el Partido Socialdemócrata Alemán aprobaron los créditos de guerra en el Reichstag. Sólo una pequeña minoría se mantuvo en sus principios. La traición al movimiento obrero internacional, por parte de su dirección más prestigiosa, fue pagada con la muerte de millones de obreros en las trincheras de uno y otro lado de las fronteras que no significaban nada para ellos.
En esa pequeña minoría que enfrentó la traición de la socialdemocracia, además de Lenin, Trotsky, Liebhneckt, se encontraban Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo. Ellas habían organizado a las mujeres socialistas en multitudinarios Congresos Internacionales donde, además de propiciar el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y aprobar otras medidas favorables a las mujeres, se aprobó la moción de “guerra a la guerra”. Era el momento en que las feministas más reconocidas, incluso las más radicalizadas, se sometían a los designios de sus gobiernos imperialistas.
A pesar de la derrota, la lección quedó grabada en la historia para quienes quieran enfrentar el futuro aprendiendo de las experiencias del pasado: sólo el derrocamiento de la burguesía por el proletariado insurrecto puede salvar a la humanidad de una nueva y devastadora matanza de los pueblos.
Quizás, como señalara Alda Facio en el IXº Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, sea necesario que el feminismo se replantee subir al tren del futuro socialista. Porque como dijera una mujer norteamericana en 1914, quien es socialista y no es feminista, carece de amplitud... pero quien es feminista y no es socialista, carece de estrategia. Y, a esta altura -habiendo tantas mujeres en los parlamentos y los organismos multilaterales de “desarrollo” y tantas otras muriendo de hambre, de abortos clandestinos y de bombas de uranio-, quizás sea hora que el feminismo tenga que pensarlo seriamente...


[1] Comunicado desde Bagdad de las Brigadas contra la Guerra, a las manifestaciones del sábado 22 de marzo, publicado en CSCAweb.
[2] El único artículo escrito por una feminista, que pude encontrar sobre las torturas perpetradas por soldadas norteamericanas contra prisioneros iraquíes, es uno de Julieta Paredes titulado Torturas con enfoque de género y publicado en La Epoca. Mientras escribía el presente artículo, se comenzó a publicar en diversos medios un trabajo de Bárbara Ehrenreich titulado Un útero no sustituye una conciencia.
[3] Eve Ensler: Monólogos de la vagina, Bs. As., Planeta, 2001
[4] Tomás Maestro: ¿Cómo viven las mujeres de Irak?,
[5] Informe del International Study Team on the Gulf Crisis, integrado por 87 especialistas de distintas nacionalidades.
[6] Jamas: Las mujeres iraquíes en las cárceles de ocupación: objetos e instrumentos de violaciones, publicado por el Centro del Observatorio de la Ocupación en Bagdad el 28 de mayo del 2004 en CSCAweb.
[7] Id.
[8] Ibid.
[9] Documento de Amnesty International, Boletín de marzo 1995
[10] Id.
[11] López Segura: Millones de refugiadas y desplazadas olvidadas por el mundo;
[12] Stefania Bianchi: Red de explotación sexual para soldados de OTAN y ONU.

[13] Aristófanes: La asamblea de las mujeres. Praxágora, esposa de Blépiro encabeza a las mujeres disfrazadas de varones en una asamblea en la que se decide entregar el gobierno a las mujeres. Habiendo ganado su moción, a través de este ardid, Praxágora explica a su marido Blépiro como será el gobierno por ella propuesto y encabezado por las mujeres.
[14] Ximena Bedregal: La feminización de los ejércitos ¿triunfo de la paridad o trampa del patriarcado?, La Jornada, 5/5/03
[15] Soldada capturada en Irak reabre debate sobre roles de género, Mujeres Hoy, 26/03/03
[16] Id.
[17] Ibid.
[18] Susan Baer: Inédito: combatirán cientos de mujeres, The Baltimore Sun, 06/03/03
[19] Linda Burnham: Dominación sexual de uniforme: un valor norteamericano, Znet en español
[20] Terry Spahr Nelson: Por amor a la patria: hacer frente a las violaciones y hostigamientos sexuales en el ejército de EE.UU.
[21] Sara Flounders: La mujer en Irak: enemigos diferentes, Espacio Alternativo
[22] Virginia Woolf: Tres guineas, Ed. Lumen, Bs. As.
[23] Barbara Ehrenreich: Un útero no sustituye una conciencia; www.rebelion.org
[24] Id.
[25] Liga por los Derechos de las Mujeres Francesas. Citado por Magdala Velásquez Toro en Anotaciones para una postura feminista en torno a las mujeres, la guerra y la paz. Publicado en www.creatividadfeminista.org
[26] Francesca Gargallo: El feminismo es pacifismo mientras soplan vientos de guerra, CIMAC
[27] Carmen Magallón Porolés: Las mujeres y la construcción de la paz, www.creatividadfeminista.org
[28] Id.
[29] Ximena Bedregal: La feminización de los ejércitos, ¿triunfo de la paridad o trampa del patriarcado?, La Jornada, 05/05/03
[30] Laura Kamienski: Un desafío para la comunidad feminista, en Feminista, The Journal of Feminism Construction, traducida en Panorama Internacional, www.ft.org.ar

[31] Id.

[32] Evelyn Reed, del Socialist Workers Party de EE.UU. tituló así uno de sus libros de la década del ’70, en el que analiza la cuestión de la opresión de las mujeres, desde una perspectiva marxista.

[33] León Trotsky: La guerra y la IVº Internacional, en Escritos de León Trotsky 1929-1940, editado en CD por el CEIP León Trotsky, Bs.As., 2000

[34] Carmen Magallón, op.cit.

miércoles, 27 de enero de 2010

PRESENTACION DE LAS BRIGADAS VECINALES



Presentación + fiesta de las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos
Las Brigadas son una respuesta organizada y colectiva contra los controles policiales de identidad a las personas migrantes, buscan visibilizar esta injusticia y practicar la ayuda mutua y solidaridad
SÁBADO 30 DE ENERO - 19:30 hs.

CSOA La Mácula. C/ Sebastián Elcano, 14.

Metro Embajadores
La política del gobierno y el Ministerio de Interior de realizar de forma sistemática y constante controles policiales de identidad a las personas con fenotipo “no español”, vulnera los más elementales derechos humanos.
Desde la convicción racional y ética de la ilegitimidad de esta actuación, se organizan las “Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos”, que realizan una observación de las prácticas policiales de control en base al perfil racial.
El objetivo es detener todo tipo de actuación discriminatoria.
Las Brigadas Vecinales son una respuesta organizada y colectiva que busca visibilizar esta injusticia y practicar la ayuda mutua y la solidaridad, rompiendo con la indiferencia para forzar el fin de esta política.
Su actuación se centra en la observación directa de las prácticas policiales y en actuaciones que sean eficaces social, política y jurídicamente.
Están abiertas a la participación vecinal, individual y colectiva, de quien comparta el convencimiento de que tenemos la posibilidad y la responsabilidad de actuar.
Os invitamos a acudir, informaros y participar.
Tras la presentación organizaremos una fiesta, hasta las 12 de la noche, para autogestionar el proyecto, donde todo el dinero recaudado irá destinado a sufragar los gastos que genera la actuación de las Brigadas Vecinales (materiales, fotocopias, carteles, panfletos, etc.). ¡Os esperamos a todxs!
http://brigadasvecinales-ddhh.blogspot.com/

martes, 26 de enero de 2010

CICLO DE CINE FEMINISTA EN ALUCHE


Biblioteca Popular de Aluche "La Candela"

Avda. Padre Pique, 45 (semisótano).Metro: Empalme/Aluche.

¿Es posible un cine que rompa con los estereotipos sobre lo que es "ser mujer"? Vente a comprobarlo. Los últimos viernes de cada mes, a partir de las 20:00h, queremos juntarnos para ver películas con una mirada diferente y, si nos apetece, quedarnos a hablar sobre ellas mientras degustamos alguna sorpresa rica.

Este viernes 29 de enero, a las 20h...

LOS ESPIGADORES Y LA ESPIGADORA

Por aquí y por allá, en Francia, Agnès Varda se ha encontrado con espigadores, recolectores y gente que busca entre la basura. Por necesidad, puramente por azar o por obligación esta gente recoge objetos desechados por otros. Su mundo es sorprendente. Y la directora también es un especie de espigadora, recogiendo imágenes para este documental tan personal. ¡Crea, apoya, difunde la cultura popular!Construyendo barrio desde la base...

domingo, 24 de enero de 2010

IZQUIERDA VIEJA E IZQUIERDA POSTMODERNA:CUANDO EL MUERTO SE RIE DEL DEGOLLADO


Autor(es): Mazzeo, Miguel
Mazzeo, Miguel. Escritor, docente en la Universidad de Buenos Aires. Autor de ¿Qué (no) hacer? Apuntes para una crítica de los regímenes emancipatorios, publicado por Antropofagia en 2005 y El Sueño de Una cosa. Introducción al poder popular, publicado por la editorial El Colectivo en 2007 y por la fundación editorial El Perro y la Rana, Caracas, 2007. Es militante del Frente Popular Darío Santillán (FPDS).
I
Muchas veces, la divisa posmoderno/a se utiliza en espacios de militancia popular para definir ‑y descalificar‑ un conjunto de formulaciones y experiencias. En efecto, la designación también abarca prácticas, aunque los involucrados en las mismas no estén al tanto.
Ocurre que el sobrenombre ha desarrollado una excesiva polisemia. Desde el punto de vista de la izquierda vieja, todo lo que cae fuera de sus andrajosos esquemas (ambiguos en algunos casos, binarios en otros) y de sus limitados horizontes interpretativos es susceptible de ubicarse en la cuadrícula correspondiente a lo posmoderno.
Así, por ejemplo, muchas categorías son identificadas y desechadas por posmodernas, cuando, en realidad, en muchos casos, son más tributarias de las versiones heterodoxas del marxismo, productos que arrastra su corriente cálida, hijas de las tradiciones emancipatorias de Nuestra América, reactualizaciones de viejas identidades plebeyas. O simplemente son categorías nuevas, o mejor dicho: en un proceso abierto de pariciones, "están siendo nuevas". Lo mismo suele ocurrir con el pensamiento crítico, reflexivo y hermeneúticamente situado que reivindicamos.
Esto no niega en absoluto la realidad de una izquierda posmoderna que suele estar emparentada con algunas versiones del autonomismo.
El problema es que también existe un ancho universo que difiere notoriamente de los postulados posmodernos (y del autonomismo más ingenuo y ramplón) y que no siempre se reconoce, por dogmatismo, purismo y por otras limitaciones congénitas, un universo que excede los moldes y guiones tradicionales y que rompe con las clasificaciones preestablecidas.
Más grave aún, la izquierda vieja no reconoce que el universo de algunas corrientes del denominado autonomismo y de los grupos que reivindican la noción de poder popular es expresión genuina de un ciclo de luchas populares y de una experiencia de masas. Tampoco acepta que ese universo, a su vez, expresa un agotamiento de los modos políticos de esa misma izquierda vieja.
Lejos de asumir esta realidad la izquierda vieja ve en las nuevas expresiones un reflejo de la adopción de una vía "fracasada": el zapatismo. Por un lado niega la incidencia central del proceso histórico local, de las experiencias de base, de los azares de la recomposición del campo popular, que suministraron y suministran la clave singular de decodificación de los sucesos de Chiapas, así como de otras experiencias como la del Movimiento Sin Tierra (MST), del Brasil, por ejemplo. Por otro lado no logran entender algo que es evidente: experiencias como las del zapatismo, y otras bajo el signo de la autonomía y el poder popular son, en alguna medida, la expresión del categórico fracaso (y no de la derrota) de la izquierda vieja. El fracaso de todo lo que auspicia formas de elitización de la tarea revolucionaria y de resolución desde arriba.
Desde la izquierda vieja se tilda de posmoderno a todo lo que parte de los siguientes presupuestos: la crítica al antiguo régimen emancipatorio y a las estrategias revolucionarias tradicionales, la crítica al partido como herramienta de emancipación y, sobre todo, la crítica a un tipo de racionalidad y a una idea de totalidad. Paradójicamente la critica a "un tipo" de racionalidad burguesa y a una forma de asumir la totalidad, sin renunciar a las chances de otra razón y otra totalidad, les sirve a los están más identificados con una narrativa posmoderna estricta para detectar y para adjudicarles a las nuevas expresiones radicales fidelidades al viejo régimen emancipatorio o para considerarlas representantes de la "metafísica de la sustancia".
Debemos alejarnos de los tópicos y fetiches de la izquierda vieja que rechazan los aspectos de la posmodernidad que atentan contra su ciudadela: el pensamiento polarizante, las teorías totalizadoras (en el sentido de la totalidad cerrada), sus moldes estables, hiperacionales, su fe ciega en las posibilidades de conocer la "verdad objetiva", su saber positivo, técnico-productivo.
La izquierda vieja rechaza el terreno de la crítica posmoderna que gira sobre sus taras más evidentes (de hecho, en estos aspectos, las posmodernidad se ensaña con un espantajo), a esta altura, ¿quién duda que la izquierda vieja vive una época de decadencia intelectual? Hace rato que no dice y hace nada nuevo, hace tiempo que viene reescribiendo el mismo libro y el mismo libreto. Una nada sucede a otra nada.

II

No podemos dejar de reconocer que en la crítica posmoderna a la izquierda vieja hay elementos certeros. En efecto, muchos de sus núcleos están agotados: reproducen las lógicas del capital, son opresivos, se ajustan a un recetario y chocan con la realidad, etcétera. Pero hay otros tantos que la burguesía arrojó al basurero de la historia por sus capacidades a la hora de construir órdenes alternativos al capital, capacidades disruptivas, rebeldes. Sin escarbar demasiado: sujeto, memoria, experiencia, conciencia política popular, proyectos de emancipación, poder de los subalternos, organización, entre otros, aún resplandecen.
Una izquierda radical a tono con el presente y el futuro, debe discutir los terrenos blandos de la crítica posmoderna, su predilección por las superficies y su consiguiente falta de profundidad, su tendencia a subordinar la política a otras prácticas incluyendo la crítica literaria (no olvidar las textualizaciones), su rechazo a todo lo que signifique identidad, organización, presencia y conciencia, la negación a reconocer la posibilidad de que, por fuera de las representaciones, exista algo así como la "realidad". ¿Es el pensamiento el sujeto de la vida, el demiurgo de lo real? Asimismo debe cuestionar el perspectivismo escéptico ("no hay hechos, no hay realidad, sólo interpretaciones").
Nuestra praxis está de acuerdo en la deconstrucción de muchos paradigmas de la modernidad, por eso podemos coincidir con las corrientes posmodernas en una serie de combates epistemológicos. Pero debemos tener en claro que desde los requerimientos concretos de un proyecto emancipador, un conjunto de nociones centrales de la galaxia posmoderna presentan algunos problemas de traducción, o dicho de otro modo: severas limitaciones a la hora de la política
[1].
¿Cómo decodificamos políticamente, en el marco de nuestras construcciones de base y nuestras luchas cotidianas, nociones tales como "acontecimiento incondicionado" (Alain Badiou), "multitud" (Michael Hardt-Antonio Negri), o "grito" (John Hollloway)?. Y más complicado aún: ¿cómo confrontar con el poder dominante desde las "proyecciones a-lógicas del inconsciente"? ¿Cómo pensar el cambio social con "agentes no sujeto"?
Los interrogantes no deberían ser interpretados como el acto de precipitarse en el dogmatismo de la izquierda vieja, o, como se diría de una posición posmoderna y en código Heideggeriano, como "una caída en la metafísica de la mismidad". No. Simplemente constatamos que, como decimos desde hace muchos años, la política aborrece el vacío. Ahora estamos en condiciones de agregar que también detesta la metafísica.
¿Qué prácticas sociales y políticas pueden inspirarse en esas nociones y otras nociones representativas de la posmodernidad? ¿Han servido y sirven para luchar contra la dominación y la explotación? ¿Han servido y sirven para luchar contra la brutalidad del capital? No se trata de hacer el elogio de la "racionalidad eficiente", sino de discutir el potencial emancipador del universo categorial y político de lo que se denomina posmodernidad.
La verdad es que no sabemos a ciencia cierta cuales son las posibilidades de estas nociones y su universo. Incluso, plenamente conscientes de los riesgos políticos de la soberbia, seguimos considerando la posibilidad de la propia incapacidad en la tarea de la decodificación. Por lo tanto, como no estamos tratando de corroborar un conjunto de certezas predecesoras, creemos que bien vale ponerlas a dialogar con la realidad: sólo así podremos tener indicios de sus capacidades de producir lazo social, prácticas antisistémicas y núcleos de poder popular. ¿De eso se trataba, no?
Por cierto, como pensamos desde experiencias concretas, no dejamos de acumular evidencias, hacer síntesis y sacar conclusiones. Hasta ahora las evidencias no son muy auspiciosas, los experimentos han sido frustrantes. El balance teórico-práctico no resulta favorable al fervor posmoderno: El "debe" incluye la reedición de modas teóricas
[2], militantes-intelectuales que celebran las limitaciones de las organizaciones populares, que alimentan sus tendencias a la autoreferencialidad y al aislamiento y que finalmente, las tornan permeables a la cooptación del Estado o carne de ONGs, ámbitos de rencillas menores y corruptelas varias.
De cara a un proyecto emancipador, la modestia deviene estratégica. Pero por lo general ha sido escasa en los grupos, en la mayoría de los casos provenientes de medios universitarios, que, convencidos de las bondades antisistémicas del arsenal posmoderno, buscaron incidir en las construcciones de base. En un sentido fueron coherente con sus postulados: "deconstruyeron", pero no las redes del sistema de dominación sino las incipientes organizaciones populares. No hay diálogo posible cuando se asumen poses predictivas o apocalípticas. Cuando abruma la jerga y nunca aparece el núcleo descarnado.
Sabemos que es muy difícil construir sin certezas. De hecho vemos como los jóvenes se sienten atraídos por las organizaciones y grupos que les ofrecen algunas prefabricadas y rotundas. Junto con ellas vienen los manuales, un organigrama completo, tareas bien concretas, un horizonte troquelado. Y una falsa seguridad. Eso explica que las organizaciones de la izquierda vieja, a pesar de sus rigideces y esquematismos, aún conserven un activo militante juvenil, que periódicamente, agobio lógico de por medio, es reemplazado por nuevos contingentes.
Es muy difícil convocar a espacios que intenten la construcción conjunta de las certezas. Más difícil aún es asumir desde el vamos que esas certezas pueden ser transitorias. Pero es el único camino que conduce a una orilla otra. Ésta, posiblemente, sea la única certeza que reivindicamos.
Asimismo, consideramos que no podemos renunciar a comunicar las experiencias y convertirlas en significado colectivo de transformación social y política. Creemos, además, que las luchas por la emancipación no pueden prescindir de un horizonte universalista, ni de algunas herramientas y categorías proporcionadas por la "modernidad" que pueden y deben ser resignificadas y actualizadas.
[1] En relación a estas limitaciones, específicamente respecto de la teoría posestructuralista, Omar Acha ha planteado que "se ha limitado a una particular actitud trascendental que privilegia la explicitación de la inestabilidad de toda condición de posibilidad de la formación de subjetividades". Ver: Acha, Omar, El Sexo de la historia, Intervenciones de género para una crítica antiesencialista de la historiografía, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, pág. 88.
[2] Algo similar ocurrió con el existencialismo y el estructuralismo, hace algunos años. La "moda teórica", cuando se impone, genera un conjunto de fidelidades a enfoques, categorías, etcétera. La capacidad de aporte de la teoría a la comprensión-modificación de la realidad pasa a segundo plano. Por lo general esas fidelidades son efímeras, duran hasta la irrupción de otra moda, que condena a lo que "pasó de moda" al desván de los recuerdos o a la historia intelectual, negando así los elementos más productivos. Por ejemplo: ¿quién lee hoy los tomos de la Crítica de la Razón Dialéctica, de Jean Paul Sartre? . ¿No son textos de una gran productividad?

sábado, 23 de enero de 2010

EL CINISMO DE LA ONU Y LOS CASCOS AZULES


Las misiones de paz que violan mujeres, niñas, niños, soberanía y derechos humanos
Por Andrea D’Atri
En julio de 2005, las tropas de la ONU en Haití dispararon contra la comunidad de Cité Soleil, causando un efecto devastador, dejando 22 mil agujeros de bala e impidiendo, más tarde, la entrada de la Cruz Roja en flagrante violación a las normas internacionales. El 22 de diciembre de 2006, también en Cité Soleil, las fuerzas de la ONU atacaron a la población que se movilizaba, disparando desde helicópteros contra civiles desarmados. Esa vez, asesinaron a 30 personas, entre las que había mujeres y niños.Sólo dos ejemplos, pero que abundan bajo el régimen impuesto por la misión de la ONU en Haití, donde las tropas internacionales de la MINUSTAH han sido acusadas, junto a la Policía Nacional Haitiana, de cometer ejecuciones sumarias y encarcelamientos arbitrarios. ¿Cuántos serán los atropellos y crímenes que cometerán estos mismos soldados durante los próximos meses, ahora cuando Haití se encuentra más devastado que antes? El gobierno de Lula ha enviado, recientemente, machetes, bombas de gas lacrimógeno y armas con balas de goma para “colaborar” con la “misión humanitaria” que ocupa todas las portadas de los diarios del mundo, desde el terremoto.Pero estas tropas no están sólo en Haití. Sus “misiones de paz” y su “ayuda humanitaria” se extienden por todo el planeta, donde actúan como verdaderas “fuerzas de ocupación” imperialistas. Y en todos lados, se levantan acusaciones contra las tropas que la ONU ha vestido con cascos azules, en señal de paz y amistad.En el año 2006, el 63% de las acusaciones contra las fuerzas multinacionales de los cascos azules de la ONU estaban relacionadas con delitos sexuales, abusos, violaciones, etc. y un tercio de las mismas se referían a la prostitución. En Haití, los casos de niñas, niños y mujeres prostituidas a cambio de alimentos o dinero, violadas y abusadas por las tropas de la MINUSTAH eran corrientes, aún antes de esta terrible tragedia que sólo debe haber empeorado la trágica situación a la que están sometidas las personas desamparadas, huérfanas y que han perdido todo durante el terremoto.En Liberia, la “misión de paz” de la ONU fue acusada de aprovechar su posición para ofrecer beneficios a cambio de sexo a los más pobres, especialmente niñas y niños. En la República del Congo, los soldados de la ONU fueron acusados de estar vinculados a una red de pederastas y se habla de 140 casos de explotación sexual. En Kosovo, el escándalo provocado por el descubrimiento de que las tropas de la ONU participaban en redes de trata de mujeres sólo duró lo que duran las noticias en las primeras planas de los diarios. En Costa de Marfil, se denunció que las tropas “humanitarias” no sólo sometían sexualmente a niños y niñas a cambio de alimento, sino que también producían “pornografía infantil con niños que están especialmente desprotegidos como refugiados, huérfanos o niños de la calle”, según denunciaron algunos funcionarios.Son conocidas, también, acusaciones de violaciones y pedofilia en Paquistán, Uruguay, Marruecos, Túnez, Sudáfrica y Nepal.Como sucede en la Iglesia, en los ejércitos de todo el mundo, entre los círculos de altos funcionarios, magistrados y políticos que gozan de la mayor impunidad, todos los acusados que pertenecen a los cascos azules o misiones de la ONU son repatriados a sus países de origen, donde gozan de un retiro silencioso y sin juicio. La ONU tan sólo recomienda congelar los salarios de sus miembros acusados de crímenes sexuales, mientras que promueve la “creación de un fondo para ayudar a las mujeres y niñas que pudieran haber dejado embarazadas.”Un cinismo inaudito y repugnante. Es que, según un informe de la ONU sobre el comportamiento de los cascos azules, sus militares están llenos de “disfunciones” y “las medidas adoptadas durante los últimos años para erradicar esta cultura sexual permisiva no han sido suficientes”. Mientras tanto, miles de niñas, niños y mujeres violadas, abusadas, golpeadas y reprimidas, siguen sobreviviendo en sus pobres tierras diezmadas y expoliadas por el imperialismo, las guerras y la destrucción que imponen las clases dominantes. Y deben hacerlo bajo las peores condiciones y arrastrando en sus cuerpos y sus almas las heridas que las “misiones de paz” dejarán marcadas a fuego con sus crímenes de lesa humanidad

HUELGA GENERAL EN LA SIERRA DE CADIZ



EL SAT convoca huelga general en la Sierra de Cádiz para el 9 de febrero
En el camino hacia la huelga general, el SAT ha decidido convocar una primera huelga general en una de las comarcas más deprimidas de Andalucía, la Sierra gaditana.
SAT
La crisis está golpeando a esta comarca como a ninguna otra. En los 19 municipios de la Sierra contamos con 32.266 demandantes de empleo, es decir, el 39% de su población activa está en paro. Estos datos son del mes de diciembre de 2009, extraídos del Servicio Andaluz de Empleo de la Junta de Andalucía.
Familias enteras están al borde del precipicio con todos sus miembros en paro, donde cada mañana el cartero golpea sus puertas con algún que otro embargo (luz, agua, sellos de la seguridad social, hipotecas de viviendas,..), las colas en los servicios sociales de los Ayuntamientos son interminables, los Alcaldes se han convertido en una especie de frontón recibiendo todos los golpes sin poder solucionar el problema de la gente al no tener ni dinero ni medios. El Gobierno con algunas de sus medidas insuficientes y ridículas, han provocado peleas y malestar entre los trabajadores en la mayoría de los pueblos, ya que éstas no han generado apenas jornales. Desde el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) creemos sinceramente que tenemos que dar un toque de atención, un golpe que suene, que llegue a los oídos sordos de este gobierno. Nuestra comarca no puede seguir siendo la cenicienta de Andalucía, de España y de Europa.
Es por lo que convocamos una Huelga General el Martes 9 de Febrero para reivindicar las siguientes medidas:
1º. Un PER especial que de trabajo durante 4 meses a todos los parados agrarios y del Régimen General.
2º. Eliminar el requisito de las 35 peonadas para poder cobrar el Subsidio Agrario y la Renta Agraria.
3º. Condonación de la cuota de la Seguridad Social Agraria mientras se esté en paro.
4º. Permiso para poder rebuscar aceituna en toda Andalucía, así como para poder coger tomillo, espárragos, tagarninas, setas, caracoles, cardillos,...sin ser denunciado.
5º. Moratoria en el pago de las hipotecas por vivienda mientras se esté en paro.
6º. Ayudas directas a los pequeños agricultores y cooperativas para que siembren cultivos sociales que generen mano de obra.
7º. Que las pensiones mínimas sean igual al Salario Mínimo Interprofesional.
8º. Plan de formación y de reciclaje profesional para jóvenes y mayores (Escuelas Taller, Casas de Oficio, Talleres de Empleo, Formación Ocupacional...).
DATOS DE PARO EN LOS PUEBLOS DE LA SIERRA (DICIEMBRE 2009)
MUNICIPIO - PORCENTAJE DE PARADOS/ASALCALA DEL VALLE - 41%ALGAR - 33%ALGODONALES - 38%ARCOS DE LA FRA. - 39%BENAOCAZ - 26%BORNOS - 45%EL BOSQUE - 29%EL GASTOR - 35%ESPERA - 46%GRAZALEMA - 26%OLVERA - 32%PRADO DEL REY - 40%PUERTO SERRANO - 47%TORREALAQUIME - 40%UBRIQUE - 38%SETENIL DE LAS BODEGAS - 33%VILLAMARTIN - 43%ZAHARA DE LA SIERRA - 30%TOTALES - 39%
ESTOS DATOS SON ESCALOFRIANTES
¡REBELATE! PON EN PIE TUS DERECHOS Y TU DIGNIDAD.
¡TODOS Y TODAS A LA HUELGA!

miércoles, 20 de enero de 2010

POR LA LIBERACION DE LOS PRESOS DE ACCION DIRECTA



CONVOCATORIA URGENTE para la liberación de Georges CIPRIANI y Jean Marc ROUILLAN
La siguiente convocatoria del "Colectivo de apoyo a los presos de Acción directa”, se dirige a los “grupos, asociaciones, organizaciones y a los individuos" para que firmen urgentemente este texto:
El Colectivo "Ne laissons pas faire!” os invita a firmar y hacer firmar extensamente esta petición (gracias por indicar vuestros nombres, apellidos, lugar de residencia, profesión, ) y transmitir las firmas a la dirección de correo electrónico siguiente:
sout.ad@orange.fr
"A pesar de haber cumplido la totalidad de la condena de seguridad desde febrero de 2005, siguen manteniendo en la cárcel a Georges Cipriani y Jean-Marc Rouillan. Pedimos la atención médica inmediata y apropiada para Jean-Marc Rouillan y su liberación tan pronto como sea posible".
Texto, adjunto a la invitación:
• 21 de Febrero de 1987. Detención de Joelle Aubron, Georges Cipriani, Nathalie Ménigon y Jean-Marc Rouillan. Fueron condenados después de varios juicios (1989 y 1994) a cadena perpetua , que equivale a una pena mínima de 18 años firme.
• El 16 de junio de 2004, Joelle Aubron recibió la suspensión de la sentencia, por razones médicas (ley "Kouchner”). Ella murió el 1 de marzo de 2006 .
• En agosto de 2007, Nathalie Ménigon, con discapacidad motora tras dos AVC (Ataque/accidente Vascular Cerebral) debido a las condiciones particularmente severas de detención, consiguió la semi libertad condicional. Un año más tarde, obtuvo la libertad condicional.
• En diciembre de 2007, se le concedió a Jean-Marc Rouillan la semi libertad condicional. Trabajaba en Marsella durante el día y de noche regresaba a su celda de la prisión Baumettes.
• Diez meses más tarde (1/10/2008) aparece en la revista nacional una entrevista, donde Rouillan expresó, en acorde a lo que se le preguntaba, sus opiniones sobre la situación social y anunció su afiliación y militancia a un partido político, que se estaba creando. Los condicionantes y normas del Tribunal le habían prohibido hablar sobre Action Directe. El lo sabía y el periodista, también. Cuando se le preguntó "¿Se arrepiente de los actos de Acción Directa, y en particular este asesinato (G. Besse)?". Él respondió: "No estoy autorizado a hablar sobre ello. Pero el hecho de que no me pueda expresar ya es una respuesta. Porque es obvio que si escupiera sobre todo lo que hemos hecho, podría expresarme. Por medio de esta obligación de guardar silencio, se impide hacer su evaluación crítica real sobre nuestra experiencia”. Inmediatamente, una gran parte de la prensa, antes de cualquier decisión judicial, se le echó encima. La Misa (el teatro de la Venganza) se realizó: se confirmó la reincarceración, siguiendo los postulados de la campaña de los medios de comunicación
• Poco después, ya en prisión, Jean-Marc Rouillan cae gravemente enfermo. Se trata de una enfermedad rara, poco conocida, y progresiva, llamada Erdheim-Chester. No existe un tratamiento estándar para esta enfermedad, y la experimentación está prohibida a los reclusos. Jean-Marc Rouillan permanecerá sin atención eficaz mientras esté en prisión. Los únicos especialistas en esta enfermedad se encuentran en la Pitié-Salpêtrière en París; Jean-Marc Rouillan fue trasladado de Marsella a Muret, a 400 km. de París...
•Agosto, 2009, A Georges Cipriani se le niega la semi libertad condicional, que se le había acordado en un juicio precedente, después de la apelación de la Fiscalía. Se le echa en cara de hacerse llamar prisionero de Acción Directa, y de no arrepentirse de su pasado político.
En cuanto a Jean-Marc Rouillan, que tenía todas las oportunidades para evadir la justicia durante sus diez meses de libertad condicional, fue devuelto a la cárcel por tratar de expresar que no tenía libertad de expresión, es decir, por un supuesto delito de libertad de expresión. La negativa del arrepentimiento no es un llamado al asesinato, ni un signo de recidiva. El arrepentimiento es un concepto moral más cercano a un pensamiento religioso monoteísta del tipo judeo-cristiano que de una infracción del Código de Procedimiento Penal. La exigencia del arrepentimiento recuerda los más bien los procesos de la Inquisición que la aplicación estricta de las leyes de un Estado democrático y laico. ¿Es que se ha exigido a alguien otro una tal "mea culpa"!?
. En diciembre del 2009, Jean-Marc Rouillan presentó una denuncia por no asistencia a persona en peligro. La no asistencia médica es un delito real (en prisión o no).
Por último, es hora de liberar a los presos de Acción Directa.
No estamos pidiendo simpatía o apoyo a lo que fue Acción Directa, sino simplemente que los propios principios de un Estado, que se proclama laico y democrático, se apliquen.
¡Liberación de los presos de Acción Directa!
Le Collectif "Ne laissons pas faire !"
nlpf@samizdat.net - http://nlpf.samizdat.net
Para escribir a Jean-Marc Rouillan:
n° écrou 9496 A109Centre de détention de MuretRoute de Seysses31600 Muret, Francia

VIC.CONTRA EL RACISMO Y LA EXTREMA DERECHA


El ayuntamiento de Vic ha saltado a las noticias por haber decidido negar el empadronamiento a personas inmigradas sin papeles. La decisión, además de ser ilegal, es claramente racista. Con esta medida, entre otras cosas, dificultan tanto la asistencia médica como el acceso a la educación de estas personas. Más grave aún, dado que el empadronamiento es una condición para poder solicitar la residencia, el consistorio está condenando a un grupo de sus vecinos a una situación permanente de indocumentación. Tanto la Vicepresidenta española como representantes del tripartito catalán han criticado la decisión aunque, escandalosamente, la Generalitat sigue sin tomar las medidas necesarias para bloquear la propuesta racista. El episodio debe servir de toque de atención para los movimientos sociales y la izquierda anticapitalista acerca de la necesidad de responder de forma urgente al auge del racismo y de la extrema derecha. No saber hacerlo nos podría salir muy caro.
La propuesta xenófoba la aprobó el gobierno municipal —CiU, PSC y ERC— apoyado por los cuatro concejales de Plataforma Per Catalunya, de extrema derecha. Los dos concejales de la CUP y el de ICV-EUiA votaron en contra.
Ante esta decisión racista apoyada por dos partidos de la izquierda institucional, algunos activistas concluirán que la respuesta tendrá que venir únicamente de la izquierda radical. Pero la realidad es que para parar el fascismo hace falta mucho más.
Unidad contra el fascismo
A nadie se le escapa el hecho de que el impulsor real de esta decisión racista fue la Plataforma Per Catalunya; su propio dirigente, Josep Anglada reivindicó su paternidad. El hecho de que grupos de la extrema derecha —es decir, grupos fascistas que se han hecho un lifting— puedan actuar libremente y difundir sus ideas tiende a empujar a todo el espectro político hacia la derecha.
Esto siempre es cierto, pero más aún en la situación actual. La crisis económica; los 4 millones de parados; las carencias de los servicios sociales; un gobierno social-liberal que no cumple sus promesas de sustanciales mejoras sociales… todo esto constituye la “tormenta perfecta” para el crecimiento de la extrema derecha.
No puede haber libertad de expresión y organización para los fascistas en nuestra sociedad. El lema “no pasarán” recupera toda su relevancia.
Y este lema no es patrimonio únicamente de la izquierda anticapitalista: la gran mayoría de la población del Estado español, y sobre todo, casi toda la clase trabajadora, se oponen al fascismo. Muchos de ellos y ellas estarían dispuestos a participar en movilizaciones antifascistas, si se les plantea en términos que puedan asumir.
Hace falta una lucha unitaria contra la extrema derecha, contra el fascismo, que incluya a la gran izquierda social que existe en el Estado español, incluyendo a las bases de los sindicatos mayoritarios y a los sectores más de izquierdas de la socialdemocracia. Es decir, hay que movilizar a una parte importante de la clase trabajadora, tal y como es, con todas sus contradicciones.
Frente a un pequeño grupo de cabezas rapadas nazis, puede parecer que es suficiente con un grupo de activistas antifascistas comprometidos, dispuestos a utilizar la fuerza. Es verdad que, a veces, acciones así son necesarias.
Pero en las condiciones de un auge de la extrema derecha, ningún grupo reducido es suficiente para hacerle frente.
Este hecho fue demostrado en Alemania en los años 30, cuando el Partido Comunista, siguiendo la política suicida dictada por Stalin, rechazó cualquier colaboración con los reformistas, tachándolos de “socialfascistas”, e intentó enfrentarse solo a los nazis. Pagaron un terrible coste por su error. No debemos repetirlo.
El modelo de movimiento contra el fascismo es algo que hemos visto en otros ámbitos en los últimos años: la unidad de acción entorno a unos pocos principios básicos, sin excluir que haya diferencias y debates sobre otras muchas cuestiones.
Frente al fascismo, supone buscar unir a todas las fuerzas y personas dispuestas a movilizarse bajo el sencillo lema “Contra el fascismo, no pasarán”; que los fascistas no se manifiesten en nuestras ciudades, que no puedan hacer campañas electorales, etc. Limitar una protesta de este tipo únicamente a los declarados anticapitalistas, a las personas que comparten todo nuestro ideario político, no es una manera efectiva de combatir al fascismo.
Por una alternativa al sistema
Pero a la vez debemos ir mucho más allá. Ya sabemos que los partidos reformistas son los responsables de muchos de los problemas que abren el camino al fascismo. Sabemos que, aunque sigue habiendo gente combativa dentro de los sindicatos mayoritarios, las direcciones de CCOO y UGT no destacan por ofrecer salidas radicales ante los ataques que sufrimos.
Todos los Estados europeos fomentan las ideas racistas, dando así respetabilidad a los fascistas: pensemos en los ataques contra la población musulmana en Suiza —con la excusa de los 4 minaretes en ese país— o en el intento del Estado francés de controlar la vestimenta de las mujeres musulmanas. El Gobierno de Zapatero no es ninguna excepción: tras una verborrea de multiculturalismo y “alianza de las civilizaciones”, no deja de advertirnos de los peligros de “terroristas islamistas” y hace detener a gente musulmana inocente.
El Estado español gasta un millón de euros al día en la guerra de Afganistán y da miles de millones de euros a la banca, pero cuando faltan plazas en las guarderías y se alargan las colas en los hospitales se señalan a las personas inmigradas como a los responsables.
Por todo esto, a la vez que necesitamos un movimiento muy amplio y unitario para hacer frente hoy a los fascistas, también tenemos que construir una izquierda anticapitalista capaz de ofrecer una alternativa política global al sistema.
Actualmente, la izquierda anticapitalista está muy fragmentada, y muchas de las personas que podrían formar parte de ella ni siquiera están organizadas políticamente y sólo participan en los movimientos de forma individual.
Para poder ofrecer una alternativa real, frente a la desesperación producida por este sistema de la que se aprovechan los fascistas, la construcción de una izquierda política fuerte y cohesionada es una necesidad urgente.
Evidentemente, no es una tarea fácil. Pero lo ocurrido en Vic, y el crecimiento tanto de los grupos fascistas como de las ideas racistas en general, nos demuestra que tenemos que ponernos manos a la obra.
A menudo se compara la actual crisis económica con la depresión de los años 30 del siglo XX. En esa época, se formaron gobiernos de extrema derecha en casi toda Europa y se vivieron los horrores del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial.
Pero también fue una década de luchas insurreccionales en un sinfín de lugares: desde las ocupaciones de fábricas en EEUU, pasando por una huelga general en Palestina y huelgas de masas en Francia hasta la revolución española de 1936.
En una grave crisis las apuestas están muy altas; la izquierda perdió la apuesta la última vez, con terribles consecuencias. No podemos permitirnos perder de nuevo, y tampoco hay motivo para que lo hagamos.
Como En lucha/En lluita y como izquierda anticapitalista en general tenemos dos tareas urgentes y distintas. Una: construir un movimiento amplio para combatir a la extrema derecha. La otra: construir una izquierda anticapitalista capaz de ofrecer una alternativa no a decenas o centenares de personas, sino a miles de ellas.
Si no lo hacemos, lo que vemos hoy en Vic, lo podremos ver —y cosas aún peores— en todo el Estado.
Comunicado de EN LUCHA

martes, 19 de enero de 2010

FEMINISTAS EN SOLIDARIDAD CON HAITI


PRONUNCIAMIENTO DE MUJERES Y FEMINISTAS DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Solidaridad con nuestras hermanas haitianas

Pongamos en pie una gran campaña unitaria internacional

Compañeras: Ante la tragedia que se está viviendo en Haití, las mujeres de Pan y Rosas ( Argentina) queremos proponerles sacar una declaración común de solidaridad con las mujeres haitianas, en la que también denunciemos el papel de las tropas extranjeras de la ONU, denunciadas ya en innumerables ocasiones por la violación de mujeres, la trata y la obligación de prostitución a cambio de víveres, y donde también exijamos que sean las grandes empresas capitalistas las que provean gratuitamente todo lo necesario para socorrer a la población y reconstruir el país. Acompañamos todas las formas de solidaridad que han surgido espontáneamente con el pueblo hermano de Haití, pero creemos necesario que las feministas autónomas, socialistas, anticapitalistas, de izquierda, antiimperialistas, etc. acompañemos nuestra solidaridad de esta denuncia política. Durante años esas tropas han venido cometiendo los atropellos y abusos más espantosos contra el pueblo haitiano, especialmente contra las mujeres. Esa violencia recrudecerá enormemente bajo esta tragedia, como ya lo denuncian distintos organismos de DDHH y organizaciones internacionales de mujeres. Por eso creemos necesario un pronunciamiento político que acompañe nuestra solidaridad y queremos hacerlo de manera unitaria con todas las compañeras que compartan esta posición.

PRONUNCIAMIENTO

Un tercio de la población haitiana ha sido afectada por la catástrofe, cerca de 100 mil muertes y un país absolutamente devastado que deberá enfrentar enfermedades y epidemias que se propagarán por la descomposición de cadáveres, la falta de agua potable y la inexistencia de la más mínima infraestructura.
Los terremotos son imprevisibles. Pero las consecuencias que tuvo este sismo para el pueblo haitiano eran absolutamente previsibles. La inmensidad de la catástrofe no es el resultado de la naturaleza, sino de un sistema de explotación y expoliación que ha convertido a Haití en uno de los países más pobres del mundo: el 80% de su población sobrevive en la indigencia, el 60% sin trabajo, la expectativa de vida apenas supera los 50 años, la tasa de mortalidad infantil es del 80‰, no hay agua potable y la desnutrición es crónica. En Gonaïves, la segunda ciudad del país, el 70% de los hogares carece de letrinas. Ya antes de la tragedia, Haití tenía la más alta tasa de mortalidad materna en la región: 670 muertes por cada 100 mil nacidos vivos.
Y cuando estas son las condiciones con las que se enfrenta un terremoto de tamaña magnitud, las consecuencias no son un destino inevitable ni obedecen a un “capricho” de la naturaleza. Por eso, denunciamos que la tragedia que hoy se cierne sobre el pueblo haitiano obedece a que Haití ha sido sometido a dos siglos de saqueo imperialista, cincuenta años de dictaduras sangrientas como las de los Duvalier, recientes golpes de Estado perpetrados directamente por el Pentágono, gobiernos títeres de Washington cuyo poder reside en las bayonetas de las tropas canadienses, francesas y los marines norteamericanos y la ignominiosa presencia de tropas de las Naciones Unidas –con soldados enviados por los gobiernos que se reclaman “nacionalistas” y “progresistas” de Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Ecuador, entre otros- que bajo el argumento de una supuesta misión humanitaria (MINUSTAH) mantiene la ocupación del territorio haitiano, con el único fin de garantizar la continuidad de la expoliación imperialista del país y los negocios capitalistas a fuerza de pistola, como en la zona franca de la frontera con República Dominicana, donde trabajadoras y trabajadores haitianos se encuentran prácticamente reducidos a la esclavitud, mientras campesinas y campesinos son despojados de sus tierras para convertir el lugar en una gran “maquila”.
Fuerzas “humanitarias” que, amparadas en la impunidad de la que gozan por ser extranjeras, han sido denunciadas en reiteradas ocasiones –pero nunca castigadas- por violaciones a los derechos humanos, detenciones y asesinatos políticos, masacres en los barrios pobres, violaciones y abusos sexuales de mujeres y niñas, pedofilia y trata de personas, sometimiento a la prostitución de mujeres, niñas y niños a cambio de alimentos, y que hoy se preparan para reprimir los supuestos “estallidos de violencia” que es la denominación dada por la clase dominante, de la desesperación de miles de hambrientos, huérfanos, desposeídos, personas que lo han perdido todo, incluso antes del terremoto.
Hoy, en medio de esta catástrofe, se estima que una cuarta parte de la población afectada son mujeres en edad fértil, entre las cuales habrá miles de mujeres embarazadas que no tendrán acceso a los más mínimos cuidados. En un país donde el 43% de los hogares están encabezados por mujeres, ellas y las niñas sobrevivientes, que siempre han sido responsables del trabajo doméstico y del cuidado de las otras y otros, cargarán ahora sobre sus espaldas, la responsabilidad de la supervivencia de sus familias, en refugios y tiendas de campaña, en total desamparo, soportando niveles infinitamente más graves de violencia y el espantoso aumento de los abusos sexuales perpetrados por las tropas extranjeras que ocupan el territorio haitiano.
Por eso, nosotras –trabajadoras, desocupadas, estudiantes, amas de casa, activistas feministas, lesbianas feministas y de la lucha anticapitalista y antiracista-, mujeres de América Latina y el Caribe que nos solidarizamos con nuestras hermanas y todo el pueblo trabajador y pobre de Haití, queremos poner en pie una gran campaña unitaria de las organizaciones de mujeres, feministas, de la disidencia sexual, lesbianas, comisiones sindicales de mujeres, organismos de derechos humanos, estudiantiles y obreros, para que se oiga nuestra voz que reclama:
• ¡Fuera las tropas de la MINUSTAH! ¡Fuera yanquis de Haití y de toda América Latina y el Caribe! Exigimos a nuestros respectivos gobiernos que retiren inmediatamente las tropas de Haití.
• Exigimos que sean las multinacionales y grandes empresas capitalistas las que entreguen de forma inmediata los alimentos, medicamentos, combustible y otros insumos necesarios para enfrentar la catástrofe. ¡Que sean sus ganancias las que estén disponibles para paliar este desastre! Y que sean las organizaciones de mujeres, feministas, obreras, estudiantiles, de derechos humanos y sociales sean las que controlen y distribuyan los recursos recibidos en Haití. Que las donaciones lleguen al pueblo y no se pierdan en la burocracia y las mafias oportunistas capaces de sacar provecho hasta en momentos como éste.
• Por la cancelación total de la deuda externa de Haití
• ¡Basta de violencia contra las mujeres haitianas!

ALVAREZ GARIN, Tania (México)
• ÁREA DE DIVERSIDAD SEXUAL (Argentina)
• BATACLANA Espacio Cultural (Argentina)
• BENAVIDES, Nadia. Comunidad lésbica feminista La teta insurgente (ex Colectiva Mafalda)
• BERLANGA, Mariana. Feminista autónoma (México)
• BLANCO, Jessie. Revista MATEA (Venezuela)
• CAROSIO, Alba. Revista del Centro de Estudios de la Mujer - UCV (Venezuela)
• CEPEDA, Ivet (Venezuela)
• CERVANTES ROJAS, Flor María. Oaxaca (México)
• CÍRCULO DE INVESTIGACIÓN EN ESTUDIOS DE GÉNERO Y COMUNICACIÓN (México)
• COLECTIVO CONTRANATURAS (Perú)
• CORDERO, Diana. Colectivo Lesbianas Feministas Josefa Camejo (Argentina / Venezuela)
• COSTA ABRAMIDES, Maria Beatriz. Prof. Serviço Social da PUC – Sao Paulo y dirigente del sindicato APROPUC-SP (Brasil)
• D’ATRI, Andrea. Dirigente nacional del Partido de los Trabajadores Socialistas - PTS (Argentina)
• DE ALMEIDA SANTOS BEZERRA, Clara Angélica. Prof de Serviço Social da Universidade Tiradentes - Sergipe (Brasil)
• DE LA PEÑA, Ireri. Fotógrafa (México)
• ESPINOSA, Yuderskys. Feminista autónoma (República Dominicana - Argentina)
• FEMINISTAS EN RESISTENCIA (Honduras)
• FERNANDEZ MASÓ, María del Carmen (Argentina)
• FULANAS Y MENGANAS Teatro Córdoba (Argentina)
• GALIMBERTI, Alessandra. Babelarte - Oaxaca (México)
• GARGALLO, Francesca. Feminista (México)
• GARRIDO, Hilda Beatriz (Argentina)
• GLEFAS, Grupo Latinoamericano de Estudio, Formación y Acción Feministas
• HERNÁNDEZ, Mirla. Lesbiana feminista autónoma (República Dominicana)
• HERNÁNDEZ DÍAZ, Blanca (México)
• MAGALHAES, Rosana. Feminista autónoma (Brasil - México)
• MAZZEI NOGUEIRA, Claudia. Prof Universidade Federal Santa Catarina U(Brasil)
• MENDOZA GUERRA, Alicia. Militante del PRT (México)
• OLIVIERI, Mariana (Argentina)
• ORGANIZACION NACIONAL DEL PODER POPULAR-PARTIDO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO
• PAN Y ROSAS "Teresa Flores" (Chile)
• PAN Y ROSAS (Argentina)
• PAN Y ROSAS (Bolivia)
• PAN Y ROSAS (México)
• PAO E ROSAS (Brasil)
• PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LAS Y LOS TRABAJADORES (México)
• PEREYRA, Aurelia. Grupo de Mujeres sin Moldes (Argentina)
• PESSAH, Marian. Mulheres Rebeldes (Brasil)
• RODRIGUEZ FERNÁNDEZ, Sofía (México)
• VARGAS, Livia (Venezuela)
• VIZCARRA BORDI, Ivonne. Investigadora del ICAR, UAM (México)
• ZAMORANO CRUZ, Fabiola (México)

28 ENERO:SOLIDARIDAD CON LAS LUCHAS EJEMPLARES


lunes, 18 de enero de 2010

REAL COMO LA VIDA MISMA


Conexión Lorena”, de Dominique Manotti (ed. Alba Oscura, 2009), es un thriller social que ha sido premiado en Francia como la mejor novela negra en 2008 y ha sido traducido a varios idiomas.
En la región francesa de Lorena, la fabrica de Daewoo es la única salida de empleo para los habitantes de la zona. La novela comienza con la terrible descripción de las condiciones de trabajo de las empleadas de una cadena de montaje en la frábica. El trato inhumano que reciben es indignante y en pocas páginas podemos palpar el sentimiento de humillación y rabia que sienten las trabajadoras.
El accidente de Emilienne, un empleada que está embarazada, y la reacción del capataz, despidiendo a Rolande, una de las empleadas más queridas y respetas de la empresa, provacan una serie de incidentes que culminan en una revuelta de los obreros. Después de varios años de aguantar humillaciones y un trato degradante, de sufrir un aumento de accidentes y unos sueldos miserables, la situación estalla y los obreros toman la empresa.
Los obreros participantes en la revueltan se debaten entre llevar la violencia al extremo o calmar los ánimos e intentar una solución dialogada. El conflicto pone en peligro los planes de la empresa, que tiene un proyecto para absorber a Thomson, empresa que va a ser privatizada por el gobierno francés. La aparición del cadáver de uno de los empleados terminará por complicarlo todo y pondrá en peligro a los que han participado en la huelga.
Un acontecimiento en apariencia intranscendete, será el punto de partida de una intriga en la que asistimos a una lucha entre empresas en la que se mezcla corrupción política, tráfico de armas y de drogas, asesinatos, tráfico de influencias y espionaje industrial. La corrupción salpicará a las más altas esferas de la sociedad francesa y puede hacer saltar en pedazos la República.
La novela se desarrolla en Francia pero creo que, tristemente, a todos nos suena lo que en ella se relata…

Miguel Angel Gómez Juarez

FORO FEMINISTA



Madrid Miércoles, 20 de enero
Debates en las Jornadas Feministas de Granada
La Fe nº 10 · La Fe nº 10 (metro Lavapies) · Madrid
Organizado por: VIENTO SUR
20/01/2010, a partir de las 19:30 h.
Debate con la participación de :

Cristina Garaizábal (Colectivo Hetaira)

Rocío Lleó (Las Tejedoras)

Justa Montero (Asamblea Feminista)
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