Incluyendo a la otrora apacible España, una creciente oposición obrera al ajuste capitalista avanza desde la periferia hacia el centro de Europa, para preocupación de los circulos de la burguesía.
Martín López Prensa Obrera Digital
Crece la oposición de la clase obrera europea a los planes de la burguesía La crisis plantea la confrontación entre las clases
La ocurrencia de llamar PIGS (cerdos en inglés, a propósito de las iniciales de Portugal, Italia, Grecia y España) a los países más afectados por la crisis ya no se usa solamente para hacer referencia a la bancarrota económica y financiera: comienza a ocupar espacio la "preocupación" de la prensa ante la extensión, en dichos países, de las huelgas obreras contra las medidas de ajuste que pretenden imponer la Unión Europea y el FMI. Si bien Grecia ocupa indiscutiblemente el centro del escenario, Italia continúa atravesada por conflictos obreros en medio de una crisis industrial que se profundiza: sigue la resistencia de los obreros de la Fiat contra el cierre de su planta de Sicilia y el intento de ajustar drásticamente el personal empleado en el país para transferir la producción a Europa del Este. La multinacional Alcoa, productora de aluminio, también amenaza con cerrar las plantas que posee en la isla de Cerdeña y en Venecia si no le garantizan la continuidad de los subsidios energéticos: la respuesta de los trabajadores ha sido ejemplar, con huelgas, ocupación de fábrica y movilización al centro del poder político en Roma. A poco de la venta de Alitalia a Air France/KLM y otros inversionistas privados italianos, ya comenzaron las huelgas de sus trabajadores, que consideran inviable enfrentar las operaciones de la empresa con los 12.500 empleados que quedaron luego de su desmantelamiento y reprivatización. El 19 de febrero fueron a la huelga los trabajadores del transporte público de las principales ciudades italianas, ante la falta de avances en los convenios colectivos de trabajo. A lo largo y a lo ancho del país se registran una enorme cantidad de huelgas y ocupaciones de fábricas ante un virtual desmantelamiento de la industria.
Los Pigs de la península ibérica también tienen lo suyo. Los reclamos de renuncia a Zapatero por parte del PP y la confrontación entre ambos partidos no impide que se pongan de acuerdo en lanzar medidas de ajuste contra los trabajadores -política en la cual no les falta el apoyo de los nacionalistas vascos del PNV, que le acaban de pedir al gobierno que tome las "medidas impopulares" que sean necesarias. Según un informe de Servimedia, en enero se realizaron 155 huelgas, lo cual implicó un aumento del 203% respecto al mismo mes del año pasado. La crisis ha llegado a punto tal que la propia burocracia sindical, que ha respaldado al gobierno desde su asunción, debió convocar el pasado martes 23 a una serie de manifestaciones en las principales ciudades del país en contra del proyecto de reforma de las jubilaciones que pretende elevar de 65 a 67 años la edad jubilatoria. En Portugal se anuncia una huelga de empleados públicos para el 4 de marzo, para enfrentar el congelamiento salarial.
No sólo los Pigs
Pero los conflictos obreros ya se han extendido más allá de los países del sur europeo y comienzan a alcanzar a las clases trabajadoras de las principales potencias. Todos coinciden en apuntar que la clase obrera alemana es un gigante dormido, pero la novedad es que parece estar despertándose. Luego de que los empleados públicos fueran a la huelga a principios de mes, los pilotos de Lufthansa lanzaron una masiva huelga que paralizó varios aeropuertos europeos hasta que fue suspendida, el martes, para reanudar las negociaciones con la empresa. Los pilotos reclaman un aumento salarial pero sobre todo denuncian la intención de la patronal de reemplazarlos por empleados peor pagos de otras compañías menores que acaban de ser absorbidos por Lufthansa. Los conflictos aeronáuticos se extienden a otros países, y en todos los casos son una respuesta al intento patronal de enfrentar la crisis con fusiones y ajustes: el personal de cabina de British Airways resolvió por abrumadora mayoría, en una votación realizada el pasado lunes, ir a la huelga en contra de los recortes de personal que anunció la compañía como parte de un plan de "reestructuración" luego de la fusión con Iberia. En Francia, los controladores aéreos convocaron cinco días de huelga en contra de los planes de las autoridades aeroportuarias que han decidido una fusión de los servicios de control del tráfico aéreo de varios países europeos en 2012, que implicará despidos y recortes de personal.
También en Francia, los trabajadores petroleros de Total, la principal refinería del país y una de las más importantes del mundo, iniciaron la segunda semana de una huelga que mantiene paralizadas las seis plantas que la empresa tiene en el país. La huelga se inició en rechazo a la decisión de la empresa de cerrar la planta de Dunkerque, donde las actividades fueron suspendidas hace un par de meses. El conflicto de Total puso de manifiesto las contradicciones que enfrenta la industria petrolera europea, cuya capacidad instalada supera largamente la demanda y debe enfrentar la competencia, entre otras, de las refinerías chinas e indias. "Hay una enorme sobreproducción en las refinerías de los países de la OCDE", según el New York Times, "un problema derivado de la crisis económica y una significativa reducción en la demanda". Total refina actualmente el 54% del total del petróleo que se consume en Francia, de modo que la extensión de la huelga plantea, en lo inmediato, la escasez de combustible en los surtidores del país; se ha informado, además, que los trabajadores de Esso y Petroplus, otras dos importantes refinerías, ya comenzaron a discutir la adopción de medidas de fuerza.
Las huelgas que se expanden por Europa han contribuido a callarle la boca a los que creían que la crisis mundial había sido superada o reducida al plano de las dificultades "financieras": mientras se agrava el estancamiento económico y crece el fantasma de las crisis fiscales "soberanas", los capitalistas tantean el terreno para enfrentar a la clase obrera e imponerle un retroceso que permita recomponer los márgenes de ganancia. Los editores del derechista Wall Street Journal, que saben cómo viene la mano, publicaron la semana pasada un artículo que señalaba que "Zapatero ha encontrado su propio Reagan", haciendo referencia al ataque del presidente "socialista" contra los controladores aéreos que fueron a la huelga el mes pasado en España. En 1981, el entonces presidente yanqui Ronald Reagan impuso un retroceso histórico a la clase obrera norteamericana cuando logró derrotar, con un saldo de más de diez mil despidos, una gran huelga de los controladores aéreos. El WSJ le reclama ahora a los gobiernos europeos que "recorten las alas de los sindicatos" al igual que en la década de 1980. Pero está por verse si pueden lograrlo: la clase obrera europea ha comenzado a ponerse en movimiento y sale a la escena de la crisis mundial. Martín López
Martín López Prensa Obrera Digital
Crece la oposición de la clase obrera europea a los planes de la burguesía La crisis plantea la confrontación entre las clases
La ocurrencia de llamar PIGS (cerdos en inglés, a propósito de las iniciales de Portugal, Italia, Grecia y España) a los países más afectados por la crisis ya no se usa solamente para hacer referencia a la bancarrota económica y financiera: comienza a ocupar espacio la "preocupación" de la prensa ante la extensión, en dichos países, de las huelgas obreras contra las medidas de ajuste que pretenden imponer la Unión Europea y el FMI. Si bien Grecia ocupa indiscutiblemente el centro del escenario, Italia continúa atravesada por conflictos obreros en medio de una crisis industrial que se profundiza: sigue la resistencia de los obreros de la Fiat contra el cierre de su planta de Sicilia y el intento de ajustar drásticamente el personal empleado en el país para transferir la producción a Europa del Este. La multinacional Alcoa, productora de aluminio, también amenaza con cerrar las plantas que posee en la isla de Cerdeña y en Venecia si no le garantizan la continuidad de los subsidios energéticos: la respuesta de los trabajadores ha sido ejemplar, con huelgas, ocupación de fábrica y movilización al centro del poder político en Roma. A poco de la venta de Alitalia a Air France/KLM y otros inversionistas privados italianos, ya comenzaron las huelgas de sus trabajadores, que consideran inviable enfrentar las operaciones de la empresa con los 12.500 empleados que quedaron luego de su desmantelamiento y reprivatización. El 19 de febrero fueron a la huelga los trabajadores del transporte público de las principales ciudades italianas, ante la falta de avances en los convenios colectivos de trabajo. A lo largo y a lo ancho del país se registran una enorme cantidad de huelgas y ocupaciones de fábricas ante un virtual desmantelamiento de la industria.
Los Pigs de la península ibérica también tienen lo suyo. Los reclamos de renuncia a Zapatero por parte del PP y la confrontación entre ambos partidos no impide que se pongan de acuerdo en lanzar medidas de ajuste contra los trabajadores -política en la cual no les falta el apoyo de los nacionalistas vascos del PNV, que le acaban de pedir al gobierno que tome las "medidas impopulares" que sean necesarias. Según un informe de Servimedia, en enero se realizaron 155 huelgas, lo cual implicó un aumento del 203% respecto al mismo mes del año pasado. La crisis ha llegado a punto tal que la propia burocracia sindical, que ha respaldado al gobierno desde su asunción, debió convocar el pasado martes 23 a una serie de manifestaciones en las principales ciudades del país en contra del proyecto de reforma de las jubilaciones que pretende elevar de 65 a 67 años la edad jubilatoria. En Portugal se anuncia una huelga de empleados públicos para el 4 de marzo, para enfrentar el congelamiento salarial.
No sólo los Pigs
Pero los conflictos obreros ya se han extendido más allá de los países del sur europeo y comienzan a alcanzar a las clases trabajadoras de las principales potencias. Todos coinciden en apuntar que la clase obrera alemana es un gigante dormido, pero la novedad es que parece estar despertándose. Luego de que los empleados públicos fueran a la huelga a principios de mes, los pilotos de Lufthansa lanzaron una masiva huelga que paralizó varios aeropuertos europeos hasta que fue suspendida, el martes, para reanudar las negociaciones con la empresa. Los pilotos reclaman un aumento salarial pero sobre todo denuncian la intención de la patronal de reemplazarlos por empleados peor pagos de otras compañías menores que acaban de ser absorbidos por Lufthansa. Los conflictos aeronáuticos se extienden a otros países, y en todos los casos son una respuesta al intento patronal de enfrentar la crisis con fusiones y ajustes: el personal de cabina de British Airways resolvió por abrumadora mayoría, en una votación realizada el pasado lunes, ir a la huelga en contra de los recortes de personal que anunció la compañía como parte de un plan de "reestructuración" luego de la fusión con Iberia. En Francia, los controladores aéreos convocaron cinco días de huelga en contra de los planes de las autoridades aeroportuarias que han decidido una fusión de los servicios de control del tráfico aéreo de varios países europeos en 2012, que implicará despidos y recortes de personal.
También en Francia, los trabajadores petroleros de Total, la principal refinería del país y una de las más importantes del mundo, iniciaron la segunda semana de una huelga que mantiene paralizadas las seis plantas que la empresa tiene en el país. La huelga se inició en rechazo a la decisión de la empresa de cerrar la planta de Dunkerque, donde las actividades fueron suspendidas hace un par de meses. El conflicto de Total puso de manifiesto las contradicciones que enfrenta la industria petrolera europea, cuya capacidad instalada supera largamente la demanda y debe enfrentar la competencia, entre otras, de las refinerías chinas e indias. "Hay una enorme sobreproducción en las refinerías de los países de la OCDE", según el New York Times, "un problema derivado de la crisis económica y una significativa reducción en la demanda". Total refina actualmente el 54% del total del petróleo que se consume en Francia, de modo que la extensión de la huelga plantea, en lo inmediato, la escasez de combustible en los surtidores del país; se ha informado, además, que los trabajadores de Esso y Petroplus, otras dos importantes refinerías, ya comenzaron a discutir la adopción de medidas de fuerza.
Las huelgas que se expanden por Europa han contribuido a callarle la boca a los que creían que la crisis mundial había sido superada o reducida al plano de las dificultades "financieras": mientras se agrava el estancamiento económico y crece el fantasma de las crisis fiscales "soberanas", los capitalistas tantean el terreno para enfrentar a la clase obrera e imponerle un retroceso que permita recomponer los márgenes de ganancia. Los editores del derechista Wall Street Journal, que saben cómo viene la mano, publicaron la semana pasada un artículo que señalaba que "Zapatero ha encontrado su propio Reagan", haciendo referencia al ataque del presidente "socialista" contra los controladores aéreos que fueron a la huelga el mes pasado en España. En 1981, el entonces presidente yanqui Ronald Reagan impuso un retroceso histórico a la clase obrera norteamericana cuando logró derrotar, con un saldo de más de diez mil despidos, una gran huelga de los controladores aéreos. El WSJ le reclama ahora a los gobiernos europeos que "recorten las alas de los sindicatos" al igual que en la década de 1980. Pero está por verse si pueden lograrlo: la clase obrera europea ha comenzado a ponerse en movimiento y sale a la escena de la crisis mundial. Martín López