Llamamiento Internacional de Solidaridad con los presos de Epanastatikos Agonas
Compañeros y compañeras,
Somos tres presos políticos, miembros de la organización de lucha armada Lucha Revolucionaria [Epanastatikos Agonas] y os enviamos saludos revolucionarios desde las cárceles griegas.
Fuimos detenidos en abril de 2010 junto con tres compañeros más, acusados de pertenecer a la organizción. Desde entonces estamos en prisión preventiva a la espera del juicio previsto para principios de 2011.
Nosotros tres, a través de una carta política dirigida a la sociedad griega, hemos asumido la responsabilidad de pertenecer a la organización Lucha Revolucionaria, defendiendo así nuestra lucha, una lucha que se dirigía contra el Capital y el Estado. A través de nuestra práctica y discurso aspiramos a contribuir a la demolición del Estado y el capitalismo, a la revolución social, para crear una sociedad ácrata, antiautoritaria, comunitaria y comunista, en la quál las funciones y la gestión social, política y económica serán asumidas por Asambleas populares y Consejos.
Al asumir la responsabilidad política queremos también defender la práctica de la lucha armada, destacar su perdurabilidad y su importancia como una parte de la amplia lucha para la revolución social. Pero sobre todo queremos destacar su vigencia y su carácter imprescindible hoy en día, en condiciones de esta crisis financiera mundial. Creemos que tras la Segunda Guerra Mundial es hoy cuando más presente está la posibilidad de acabar con el capitalismo.
Además, al asumir la responsabilidad política queremos vindicar la memoria y el honór de nuestro compañero Lambros Funtas, quien fue miembro de la Lucha Revolucionaria y que se murió en un tiroteo con la policía en marzo de 2010, al tratar de robar un coche, acción preparatoria para llevar a cabo un plan de acción más amplio de nuestra organización.
El ambiente político, económico y social en el cual fue gestada y desarrollada la acción de LR es muy distinto al equivalente en el que desarollaron su lucha las organizaciones de lucha armada occidentales en los años ’70 y ’80 hasta principios de los ’90. En aquel entonces la escena política estaba dominada por la bipolaridad, la competencia entre EEUU y USSR y sus systemas político-económicos respectivos. Era la época en la que el modelo keynsiano se hundía en la crisis y el desprecio político, mientras el capital recuperaba su poder de cara a los proletarios; uno detrás otro los gobiernos de los paises occidentales abandonaban el intervencionismo estatal en la economía, llamado también “economía de la demanda”, lo sustituían con la “economía de la oferta”, al mismo tiempo que los estados lanzaban su ofensiva contra los logros laborales y sociales, defendiendo los intereses de los económicamente poderosos y imponiendo el modelo de gobernación neoliberal a nivel económico y político.
El ambiente político-económico en el que fue gestado LR era el que dictaba la hegemonía absoluta de los EEUU, la globalización económica, el neoliberalismo y la lucha contra el terrorismo, la cual constituye el arma arrojadiza de la globalización político-militar. Porque para nosotros, tanto la “lucha contra el terrorismo” como el totalitarismo de los mercados son las dos caras de la misma moneda: la cara política y económica de la globalización, la cual cuando no puede imponerse con las armas de los capitalistas y de los organismos económicos internacionales (FMI, Banco Mundial, OMC, BCE, Sistema de Reserva Federal), con las herramientas financieras de las bolsas internacionales, con la pobreza, con el hambre y la marginalización, se impone con la intensificación de la violencia y del poder estatal, con la represión, con la guerra y las operaciones militares, con el fuego y el hierro.
Desde 2003, que es cuando entabló su lucha la Lucha Revolucionaria, hasta 2007 y en medio de una crisis social cada vez más intensa que creaba un agudo resentimiento social, el consenso neoliberal fue posible, en parte gracias al desarrollo capitalista que seguía su curso “sin barrera alguna” a base de prestamos, bajo la forma de una burbuja de envergadura global, una burbuja que crecía a medida que sucesivas crisis económicas sacudían el planeta (crisis en el sudeste de Asia, colapso económico en Argentina, burbuja punto com en EEUU).
Desde 2007, año en el que se registró el primer estallido de la burbuja de la crisis de las hipotecas subprime en EEUU y que fue disparadora de la crisis financiera mundial, ha empezado la quiebra del consenso neoliberal, conduciendo a un desprecio político-social del régimen cada vez más profundo.
En la primera etapa de su lucha, la Lucha Revolucionaria consideró como objetivos primordiales de su acción la “lucha contra el terrorismo” reflejada en las intervenciones militares de los EEUU y de sus aliados occidentales en paises periféricos y la intensificación de la violencia estatal, de la represión y del terrorismo en los paises del centro capitalista y de la semi-periféria, a la cual prácticamente pertenece Grecia (atentado con el lanzamiento de un misil contra la embajada de los EEUU, atentado contra el ex ministro de Orden Público, los atentados contra blancos policiales y contra tribunales); la carga neoliberal, la comercialización de los últimos servicios económico-sociales de utilidad pública, la ofensiva capitalista contra los logros laborales (atentados con explosivos contra los ministerios de Ocupación y de Economía).
Más adelante y a partir de 2008, la crisis financiera mundial se convirtió para nosotros en un verdadero reto para llevar a cabo acciónes más contundentes, realizando atentados contra estructuras y organismos económicos tales como la Bolsa y los bancos Citibank y Eurobank. Con esta acción pretendíamos dar un golpe de efecto a un sistema debilitado por la crisis, sabotear rigurosamente las decisiones políticas del gobierno griego y los planes de “rescate” del país, orquestrados y impuestos por la troika (FMI, UE, BCE).
Estos golpes nuestros fueron al fin y al cabo los que más miedo le daban al gobierno de los socialistas (PASOK), ya que, según declaraciones de un miembro del gabinete gubernamental, la organización con su acción “podría hacer saltar por los aires las medidas económicas”. Por este motivo nuestras detenciones, llevadas a cabo pocos dias antes de que el FMI, la UE y la BCE asumieran por completo el poder en Grecia, fueron aplaudidas como un gran éxito tanto por el gobierno griego como por europeos y americanos, integrantes de la vida política.
A nuestra opinión, la crisis vivida hoy en día es la primera verdadera crisis mundial en la historia y la única, tras la gran recesión de los años ’30, que sacude con tanta fuerza la totalidad de los paises del centro capitalista. Se trata de una crisis cuyo carácter es sistémico, está vinculada con la naturaleza misma del capitalismo y de la economía del mercado y es polifacética, ya que aparte de crisis económica, es también crisis política, social y medioambiental.
Con la excusa de esta crisis, las élites político-económicas están lanzando en todo el mundo una ofensiva frontal contra las sociedades, los antiguos logros del movimiento obrero se entierran definitivamente en nombre de la competitividad, el estado de providencia pertenece a un pasado lejano, mientras que instituciones del sistema tales como el estado-nación van perdiendo terreno. Conceptos tales como la soberanía nacional y la democracia representativa ya no tienen mucho sentido, sobre todo en los paises (Grecia es uno de ellos) que entran en un estado de vigilancia y viven bajo la tutela del élite supranacional y de sus órganos económicos (FMI, bancos centrales etc.). Dichos conceptos no significan prácticamente nada ya que en la práctica muchas cláusulas constitucionales no acaban de aplicarse, convirtiéndose así en herramientas para instaurar un totalitarismo globalizado, el de los mercados, de las transnacionales, de los banqueros y de sus órganos.
Frente a esta ofensiva de la élite poítico-económica no queda lugar para aplicar experimentos y reformas de índole keynsiano. Ésto se demostró también en la manera con la que los gobiernos respondieron a la crisis, lanzando una ofensiva neoliberal tan brutal contra las clases medianas y bajas, al detrimiento de la voluntad de la gran mayoría de la gente. Con la excusa de la crisis financiera, se está llevando a cabo el saqueo más grande en la historia de la humanidad y la más grande transferencia de riqueza de la base a la cima de la jerarquía social, condenando al hambre, a la miseria, a la marginalización y a la muerte a cada vez más gente.
Para grandes grupos de la sociedad, tanto de la periferia como del centro capitalista, no solo se ha quebrado el modelo de desarrollo neoliberal sino también el régimen económico vigente y el sistema político de la democracia representativa.
La falta de consenso social no les supone ningún obstáculo a los gobiernos europeos, que están llevando a cabo “golpes de estado” sucesivos, en nombre de la superación de la crisis, apoyándose en minorías y provocando así la rabia y el resentimiento de las mayorías sociales, que cada vez con más frecuencia manifiestan violentamente su malestar en las calles de las ciudades europeas (Francia, Inglaterra, Grecia, Irlanda, Italia…).
Nosotros consideramos que todo esto está creando unas condiciones políticas y sociales propicias para lanzar el contraataque proletario internacional, lograr la demolición del capitalismo y del estado, intentar la revolución. Porque hoy en día el dilema no solo para los militantes sino para todos los oprimidos es el siguiente: revolución social o sumisión total y muerte.
Nuestro deber es crear aquellas condiciones subjetivas, es decir contribuir a la creación de un movimiento revolucionario polifacético a nivel internacional y nacional, para buscar la revolución social.
En esta coyuntura política y social la lucha armada puede desempeñar un papel muy importante, ya que puede expresar un enfrentamiento político total con el régimen, anunciar el contragolpe proletario armado de los pueblos y propagar la idea del sublevamiento y de la revolución social de la manera más contundente.
Deseamos que nuestro juicio sea una tribuna política desde la cual expresar públicamente estas ideas políticas. Queremos que nuestro juicio se registre históricamente como un momento de la lucha por la libertad. Queremos destacar la importancia de la revolución social como la única respuesta posible a una crisis que condena a la anihilación económica y social a grandes números de gente.
Deseamos que nuestro juicio sea una condena pública del sistema y de sus partidarios, sean de la orientación política que sean. Queremos destacar lo vital y vigente que es la lucha armada, a pesar de los golpes sufridos por parte del estado, y la importancia que dicha lucha tiene hoy en día para la propagación de la causa revolucionaria. Queremos hablar de la necesidad de crear movimientos revolucionarios en todas partes, que logren intentar la revolución social.
Consideramos que en un juicio como este los mejores “testigos de defensa” son las compañeras y compañeros que optaron por el enfrentamiento violento con el sistema. Son los militantes aquellos que en su día fueron miembros de organizaciones de lucha armada y que siguen firmes y fieles a su postura política, defendiendo a sus luchas, a sus compañeros y compañeras que murieron en la cárcel, a los que estuvieron muchos años encarcelados.
A través de su testimonio político ante el tribunal, hablarán de sus propias experiencias, de sus propias luchas, tal como las han vivido en diferentes condiciones sociales y económicas. Hablarán de la perdurabilidad y de la continuidad histórica de la guerra de clases y social, que seguirá su curso hasta el derrumbamiento total del sistema capitalista. Hablarán también de la lucha que continúa detrás de los muros de las cárceles por los cautivos de esta guerra. Porque nosotros al optar por el camino de la lucha, rechazamos las condiciones de encarcelamiento impuestas por el enemigo, con el fín de vencernos moralmente y conducirnos a la eliminación política o incluso física.
Esto sería para nosotros la mejor expresión de solidaridad. Que este juicio sea un grito de libertad.
Pola Rupa,
Nikos Maziotis,
Kostas Gurnás.
Diciembre de 2010