domingo, 13 de febrero de 2011

DECLARACION DEL GRUPO SOCIALISMO REVOLUCIONARIO,EGIPTO





Lo que está ocurriendo hoy es la revolución más grande en la historia de nuestro país. Es más, es la revolución más grande en la historia de toda la región árabe. La revolución se intensifica y se expande cada vez que hay un nuevo mártir. Hemos superado todas las barreras del miedo y no daremos marcha atrás hasta que caiga este sistema podrido con todos sus símbolos, sus líderes y sus políticas criminales.

La salida de Mubarak es el primer paso, no el último de la revolución.

El traspaso del poder a una dictadura bajo Omar Suleiman, Ahmed Shafík u otros compinches de Mubarak es exactamente la continuación del mismo sistema. Omar Suleiman es el hombre de Israel y Estados Unidos en Egipto, pasa la mayor parte de su tiempo entre Washington y Tel Aviv, y es un siervo fiel a sus intereses. Ahmed Shafik es un amigo cercano de Mubarak y su colega en la tiranía, la opresión y el saqueo del pueblo egipcio.

La riqueza del país pertenece al pueblo y debe volver a él.

Durante las últimas tres décadas, este régimen corrupto y tirano transformó todo el pueblo en un dominio de bienes que pertenecen solo a un puñado de líderes empresarios y empresas extranjeras. Tan solo 100 familias poseen más del 90% de la riqueza del país, monopolizan la riqueza del pueblo egipcio a través de políticas de privatización, el saqueo del poder y la alianza con el capital. Han convertido a la mayoría de la población egipcia en pobres, sin tierra y desempleados.

Las fábricas hundidas y malvendidas deben volver a ser del pueblo.

Tenemos que nacionalizar las empresas, la tierra y los bienes robados por esta pandilla. No podremos deshacernos de este sistema mientras ellos controlen nuestros recursos y nuestra riqueza. La tiranía económica es la otra cara de la tiranía política. No seremos capaces de enfrentarnos al desempleo y conseguir un salario mínimo justo sin restaurar a la gente la riqueza que se llevó este grupo.

No aceptaremos ser los perros guardián de Estados Unidos e Israel.

Este sistema no está solo, el dictador Mubarak era un servidor y cliente que actuaba directamente en interés de Estados Unidos e Israel. Transformó Egipto en una colonia americana, participó directamente en el bloqueo sobre el pueblo palestino, hizo del Canal de Suez y el espacio aéreo egipcio campos libres para los buques de guerra y aviones de combate que destruyeron y mataron al pueblo iraquí, y vendió gas egipcio a Israel a muy bajo coste, mientras asfixiaba al pueblo egipcio con precios cada vez más altos. La revolución debe devolver a Egipto la independencia, la dignidad y el liderazgo en la región.

Nuestra revolución es popular

No es una revolución de las élites, ni de los partidos políticos o grupos religiosos. La juventud de Egipto, los estudiantes, los trabajadores y los pobres son los dueños de esta revolución. En los últimos días, una gran cantidad de élites, partidos y los que se autodenominan “símbolos” han comenzado a tratar de subirse a la ola de la revolución para robarla de sus legítimos propietarios. Los únicos símbolos son los mártires de nuestra revolución y nuestros jóvenes que siguen firmes en el frente. No vamos a permitir que estos “Señores” tomen el control de nuestra revolución y decir que nos representan. Nosotros elegimos quién nos representará y a los que dieron su vida por la revolución.

Un ejército popular es el ejército que protege la revolución.

Todo el mundo se pregunta: “¿Está el ejército con el pueblo o contra ellos?”. El ejército no es un solo bloque. Los intereses de los soldados y oficiales de menor rango son los mismos que los intereses de las masas. Pero los altos mandos son hombres de Mubarak, elegidos cuidadosamente para proteger a su régimen de corrupción, riqueza y tiranía. Son una parte integral del sistema.

Este ejército ya no es el ejército del pueblo. Este ejército no es el que derrotó al enemigo sionista en octubre 73. Este ejército está estrechamente ligado a Estados Unidos e Israel. Su función es proteger a Israel, no al pueblo. Sí queremos ganar a los soldados para la revolución. Pero no debemos dejarnos engañar por consignas como “el ejército está de nuestro lado”. El ejército o bien reprimirá las manifestaciones directamente, o reestructurará la policía para que desempeñe este papel.

Formemos consejos revolucionarios con urgencia.

Esta revolución ha superado todas nuestras expectativas. Nadie esperaba ver esta cantidad de gente. Nadie esperaba que el pueblo egipcio fuera tan valiente ante la policía. Nadie puede negar que obligamos al dictador a echarse atrás. Nadie puede negar la transformación que ocurrió en Plaza Tahrir.

Lo que necesitamos ahora es impulsar las demandas socio-económicas como parte de nuestras demandas, para que la persona que está en casa sepa que estamos luchando por sus derechos. Tenemos que organizarnos en comités populares, que eligen a sus consejos superiores democráticamente, y desde abajo. Estos consejos deben formar un consejo superior que incluya a representantes de todas las tendencias. Tenemos que elegir a un consejo superior de personas que nos representen y en quiénes confiemos. Hacemos un llamamiento para la formación de consejos populares en Plaza Tahrir, y en todas las ciudades de Egipto.

Trabajadores de Egipto: unidos a las filas de la revolución.

Las manifestaciones y protestas han jugado un papel clave a la hora de impulsar y continuar nuestra revolución. Ahora necesitamos el apoyo de las y los trabajadores. Ellos pueden asegurar la caída del régimen. No sólo participando en las manifestaciones, sino organizando una huelga general en todos los sectores vitales y en las grandes empresas. El sistema puede darse el lujo de aguantar las concentraciones y manifestaciones durante días y semanas, pero no sobrevivirá ni horas si las y los trabajadores utilizan el arma de la huelga. Haced huelga en el transporte, en los aeropuertos, en todas las grandes empresas industriales, y sobre todo en el sector del petróleo y en el Canal de Suez. Trabajadores de Egipto, en el nombre de la juventud rebelde de Egipto, y en nombre de la sangre de nuestros mártires por la revolución, nos dirigimos a vosotros, ¡unidos a las filas de la revolución, utilizad vuestro poder y la victoria será nuestra!

Gloria a los mártires
Abajo el sistema
Todo el poder al pueblo
Victoria para la revolución

Los Comunistas Revolucionarios,
Plaza del Tahrir (Maidan Al-Tahrir) 1 de febrero de 2011


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